Estrategia de inversión
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Hace seis meses, los aranceles del ‘Día de la Liberación’ del presidente Donald Trump sacudieron al mundo. De un día para otro, los derechos de importación en Estados Unidos subieron del 2,5% al 25%, el mayor aumento en la historia moderna y un golpe directo a las cadenas de suministro globales. Las economías se prepararon para el impacto. Los inversionistas se alarmaron. La palabra “recesión” dominó los titulares. Sin embargo, el temor se disipó con rapidez.
Esta semana también marca seis meses desde el punto más bajo del mercado. Desde entonces, una cartera global 60/40 de acciones y bonos ha subido más de 20%. Los principales índices no solo se han recuperado, sino que alcanzan nuevos máximos históricos. Lo que parecía un punto de quiebre se convirtió en el impulso de un repunte sin precedentes.
Estos son seis factores que, en los últimos seis meses, han desafiado las expectativas y redefinido las perspectivas económicas.
En lugar de instaurar rápidamente un nuevo orden comercial, los meses transcurridos desde entonces se han caracterizado por una sucesión de ajustes normativos, excepciones y disputas legales. El Servicio de Investigación del Congreso ha documentado 26 medidas arancelarias en lo que va de año. Además, se han presentado al menos ocho demandas federales, dos de ellas actualmente ante la Corte Suprema.
Este vaivén explica por qué los aranceles estadounidenses promedian el 18% en los documentos oficiales, mientras que las empresas pagan cerca de 11%. Según estimaciones del Budget Lab de la Universidad de Yale, las nuevas tarifas han generado 88 mil millones de dólares adicionales en ingresos aduaneros hasta agosto, equivalentes a aproximadamente 60% de los 146 mil millones recaudados en lo que va de 2025.
Son cifras significativas, pero aún inferiores a lo que supondría una aplicación plena de las medidas, limitadas por exenciones, retrasos administrativos, pagos diferidos e incluso por empresas que han encontrado formas de eludir las normas. Con el fortalecimiento de la fiscalización y el ajuste de los flujos comerciales, se prevé que esa brecha se reduzca.
Las luchas partidistas y la parálisis política no tardaron en manifestarse. Prueba de ello es que el gobierno ya acumula 10 días de cierre. Los mercados apenas han reaccionado (comportamiento similar al de episodios anteriores), pero cuanto más se prolongue la situación, mayor será el costo. Se estima que cada semana de inactividad resta entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales al Producto Interno Bruto (PIB) trimestral, un lastre moderado pero acumulativo, con las asignaciones presupuestarias de 2026 aún en el limbo. El impacto suele revertirse una vez que se reanuda el financiamiento, ya que los empleados suspendidos (actualmente el 40% de la fuerza laboral civil federal) suelen recibir su salario retroactivo.
El problema más serio es la falta de datos. Al menos siete informes económicos clave, incluido el de empleo no agrícola de la semana pasada, han sido aplazados. Los economistas se están adaptando y recurren a indicadores del sector privado, como el Reporte Nacional de Empleo de ADP y el Índice WARN, que mide despidos masivos en Estados Unidos.
Si el cierre se prolonga, podría omitirse la publicación de datos cruciales sobre inflación, lo que dejaría a la Reserva Federal y a los inversionistas sin puntos de referencia claros para orientar sus decisiones. Aun así, el mercado prevé dos recortes adicionales de tasas este año (uno en cada reunión restante), en línea con el dot plot oficial (gráfico de puntos con las proyecciones de tasas de interés del banco central).
El “Día de la Liberación” disparó los temores de recesión. La probabilidad de una contracción económica se duplicó hasta 40% y más de 80% de los directores ejecutivos de Estados Unidos la anticipaban. De hecho, cerca de 70% de las empresas del S&P 500 mencionaron los “aranceles” en sus conferencias de resultados.
Aun así, la economía se ha mantenido estable. La inflación derivada de los aranceles no ha sido tan severa como se temía y las empresas estaban bien preparadas para evitar despidos masivos. Los márgenes netos del S&P 500 se mantuvieron sólidos en 12,3% durante el segundo trimestre, apenas por debajo del 12,7% del primero y por encima del promedio de los últimos cinco años. El tercer trimestre apunta a un noveno periodo consecutivo de crecimiento de utilidades, una racha no vista desde 2018.
La inteligencia artificial y la automatización han redefinido la narrativa económica. Las empresas tecnológicas y afines representan casi la mitad de la capitalización bursátil del S&P 500. La inversión en capital explicó cerca de la mitad del crecimiento del PIB estadounidense durante la primera mitad de 2025, lo que marcó un cambio respecto a la expansión impulsada por el consumo. La combinación de innovación y gasto en capital ha permitido que la economía supere la tormenta.
El “Día de la Liberación” sacudió al sector corporativo estadounidense. Las previsiones se tornaron más cautelosas y la contratación se desaceleró de manera notable. El último Challenger Report indica que los planes de empleo se encuentran en su nivel más bajo desde 2009, con poco menos de 205 mil nuevos puestos anunciados en 2025, una caída de 58% respecto al año anterior.
Aun así, las compañías no permanecieron inmóviles. Gracias a balances sólidos y márgenes saludables lograron adaptarse: diversificaron las cadenas de suministro, trasladaron parte de sus operaciones a regiones cercanas (nearshoring), ajustaron precios y fortalecieron el uso de tecnología para controlar costos.
Según una encuesta reciente de KPMG a 300 ejecutivos, cerca de 60% de las empresas estadounidenses afirma estar evaluando la posibilidad de relocalizar parte de su producción. Si bien solo una de cada 10 ha iniciado el proceso, el registro oficial de la Casa Blanca ya incluye compromisos de manufactura a gran escala de Apple, Nvidia, Ford, General Motors, Bristol Myers Squibb y Biogen, entre otras.
La mayoría de esos planes aún se encuentran sobre el papel e incluye algunos anuncios previos, pero el ritmo del cambio demuestra la capacidad de las empresas para reaccionar y reorientarse con rapidez ante la presión.
Por un momento, pareció que el ciclo alcista había llegado a su fin. Los principales índices se acercaron a una caída de 20%, el umbral técnico que define una fase bajista, antes de que el impulso cambiara de dirección. Desde entonces, el S&P 500 ha avanzado más de 35%, uno de los repuntes semestrales más sólidos desde 1950, y ha obtenido casi el doble de las ganancias del ciclo alcista iniciado a finales de 2022.
La historia apunta a un margen adicional de crecimiento: los ciclos alcistas de la posguerra suelen extenderse por unos cinco años, a veces más. El impulso generalmente se debilita tras un cambio brusco de política o una recesión, ninguno de los cuales se ha materializado.
El repunte ha mostrado una estabilidad inusual: el S&P 500 no ha registrado una sola corrección de 2% en 119 días de operaciones y el VIX (conocido como el “índice del miedo” de Wall Street) ha caído a niveles históricamente bajos. Además, tras un periodo de volatilidad, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense también se han estabilizado. En lugar de ceder ante la presión, los mercados han recuperado el equilibrio y mantenido el rumbo.
La incertidumbre inicial generó una caída simultánea del dólar, las acciones y los bonos del Tesoro, una rara trifecta que muchos interpretaron como el posible fin del “excepcionalismo” estadounidense. No obstante, pocas semanas después, se produjo un repunte generalizado a escala global.
El S&P 500 acumula un alza cercana a 15% en lo que va de año (incluso después de una caída de 19% y su posterior recuperación) y ya supera su promedio histórico anual.
Los fondos cotizados en bolsa (ETF por sus siglas en inglés) que operan en Estados Unidos han captado 950 mil millones de dólares hasta la fecha, incluidos 150 mil millones en septiembre, la cifra mensual más alta jamás registrada. Por primera vez, los flujos anuales se perfilan para superar un billón de dólares.
El impulso se ha extendido a escala global. Los ETF europeos han recibido alrededor de 220 mil millones de dólares en entradas este año y casi 80% de las 60 bolsas mundiales que seguimos registran ganancias de al menos 10%, la expansión más sólida de este tipo desde 2009. Las economías emergentes lideran el desempeño del año (en moneda local): Colombia (66%), Grecia (66%), Perú (57%), Corea (57%) y Sudáfrica (47%).
El oro también ha repuntado con fuerza (casi ha duplicado su valor desde comienzos de 2024), al alcanzar un máximo histórico de cuatro mil dólares por onza, y se perfila para completar su octava semana consecutiva al alza.
Se trata de uno de los ciclos de recuperación global más amplios y sólidos de la última década.
Aunque los aranceles no han logrado un reinicio claro del comercio global, sí han transformado profundamente su dinámica al incorporar nuevas complejidades y abrir oportunidades inesperadas.
Los últimos seis meses se han definido por una rápida capacidad de adaptación. Las empresas han reestructurado sus cadenas de suministro, adoptado la innovación y encontrado nuevas formas de enfrentar la disrupción. Por su parte, los mercados han continuado avanzando, prácticamente sin inmutarse ante el estancamiento político.
La lección que deja este periodo no es la certeza, sino la agilidad. Por eso, nos enfocamos en la resiliencia de las carteras y en prepararlas para distintos escenarios en un mundo donde las reglas aún se están reescribiendo.
Fuentes:
1. Budget Lab, Universidad de Yale. “Short-Run Effects: 2025 Tariffs So Far”. Septiembre de 2025.
2. KPMG. “KPMG LLP Survey: U.S. Businesses Grapple with Tariff Fallout Six Months In”. Octubre de 2025.
3. La Casa Blanca. “Trump Effect: A Running List of New U.S. Investment in President Trump’s Second Term”. Agosto de 2025.
4. State Street Global Advisors. “US-Listed ETF Flash Flows: Into the Big Innings”. Septiembre de 2025.
5. Morningstar. “Gold ETFs Capture Record $9 Billion in Fresh Capital in September”. Octubre de 2025.
6. FactSet. “U.S. ETF Monthly Summary: September 2025 Results”. Octubre de 2025.
7. State Street Global Advisors. “Stretch Run for ETF Flows and the Market”. Octubre de 2025.
8. Vanguard. “No August Lull as Healthy ETF Flows Continue”. Septiembre de 2025.
9. MSCI. Octubre de 2025.
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