Estrategia de inversión
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La Reserva Federal redujo las tasas en 25 puntos básicos y las ubicó en el rango de 4%–4,25%, el primer recorte desde diciembre del año pasado.
Entre los detalles más relevantes: la mayoría de la junta prevé uno o dos recortes adicionales este año; el nuevo miembro, Stephen Miran, se opuso porque favorecía más bien un ajuste de 50 puntos básicos; y las proyecciones señalan un crecimiento más firme, un nivel de desempleo ligeramente menor, y una inflación algo más elevada.
Tras una reacción inicial moderada, el mensaje se impuso y los mercados celebraron: el S&P 500 alcanzó nuevos máximos históricos (el número 26 en lo que va del año), las empresas de pequeña capitalización marcaron máximos por primera vez desde 2021, el dólar subió y los bonos del Tesoro se depreciaron. El apetito por el riesgo volvió con fuerza.
Dos indicadores importantes también señalan una economía en recuperación hacia 2026: los márgenes corporativos se mantienen cerca de niveles históricos y, según la Encuesta de Condiciones Empresariales de la Reserva Federal de Chicago, las compañías expresan un optimismo creciente para los próximos seis a 12 meses.
Es importante destacar que este es un recorte de tasas en un período de desaceleración, no de recesión, lo que suele suavizar las condiciones financieras y respaldar los activos de riesgo globales. ¿Qué significa esto para los inversionistas? Tal como hemos analizado en las últimas dos semanas, el manual de recortes de la Reserva Federal ya está en marcha: 1) buscar ingresos en renta fija, 2) posicionarse para un desempeño superior de los activos de riesgo, 3) diversificar a nivel internacional e 4) incorporar inversiones alternativas para obtener retornos sostenibles. Hoy nos enfocamos en la diversificación internacional.
¿Por qué considerar mercados fuera de Estados Unidos? Hay tres razones clave:
Entonces ¿cuánta diversificación tiene sentido? Estados Unidos sigue siendo el principal destino del capital global, pero comenzar con aproximadamente 15% de una cartera de acciones y bonos en mercados internacionales es un punto de partida razonable (ajustada según mandato, liquidez y riesgo). Esta asignación puede contribuir a suavizar los retornos y reducir el riesgo total, especialmente si los mercados estadounidenses enfrentan vientos en contra.
En las carteras multiactivos que gestionamos, mantenemos una mayor exposición a Estados Unidos, pero también contamos con ideas de alta convicción a nivel internacional. Durante la corrección de abril, la diversificación global ayudó a proteger las carteras bajo la gestión del director de inversiones (CIO).
1. El avance de Europa prepara el terreno para 2026
Si no ha estado siguiendo de cerca la evolución de la región, el panorama ha mejorado: el crecimiento se ha estabilizado, la inflación se acerca al 2%, el desempleo se ubica en niveles mínimos del ciclo, la demanda de hipotecas comienza a repuntar, y el Banco Central Europeo (BCE) ha adoptado una postura neutral (de modo que la política monetaria ya no representa un obstáculo). Aunque un euro más fuerte y la política generan algo de ruido, los inversionistas se enfocan en los fundamentos: el STOXX 600 acumula cerca de 10% en lo que va de año en moneda local (22% en dólares). Las valuaciones también han avanzado y Europa cotiza hoy en torno a 15 veces las utilidades proyectadas, por encima de su promedio de largo plazo. Creemos que esta prima está justificada y probablemente se mantenga, dado el proceso de recuperación interna.
Al profundizar en el análisis, los programas fiscales encabezados por Alemania y la iniciativa “Hecho en Alemania” están canalizando recursos hacia los semiconductores, la energía limpia, las redes eléctricas y el sector manufacturero. Los presupuestos de defensa contemplan incrementos plurianuales, ya que los europeos se han comprometido a elevar el gasto hasta 5% (3,5% en defensa básica y 1,5% en infraestructura). Muchos proyectos se pondrán en marcha en 2026, de modo que la mayor parte de las ganancias aún está por delante. Las tensiones comerciales se han moderado, ya que Estados Unidos ha limitado los aranceles a alrededor de 15%.
Nuestra opinión: Los 500 mil millones de euros en apoyo público de Alemania y los 631 mil millones en inversión corporativa prevista, junto con el aumento del gasto en defensa, deberían sostener el crecimiento hasta 2026. Favorecemos a las instituciones financieras que devuelven capital a los accionistas, a los proveedores industriales, la automatización, los materiales y las utilidades vinculadas a la energía, al tiempo que mantenemos cautela con los exportadores dados los riesgos de divisas y aranceles.
En las carteras multiactivos que gestionamos, aprovechamos la tendencia de mayor gasto en defensa.
2. Los mercados emergentes se vuelven más atractivos
Los mercados emergentes representan una parte fundamental de la economía real: concentran aproximadamente 86% de la población y la fuerza laboral mundial, 77% de la superficie terrestre, 59% del Producto Interno Bruto (PIB) global y 44% de las exportaciones. Además, aportan la mayor parte de los recursos clave (~87% del petróleo probado, ~83% del cobre, ~77% del níquel y ~69% del litio). En decir, merecen atención.
El desempeño ha sido favorable en 2025, con el índice MSCI Mercados Emergentes acumulando un avance cercano a 25%. La Reserva Federal está flexibilizando su política, el dólar se ha debilitado, las valuaciones resultan atractivas y la claridad comercial ha mejorado, condiciones éstas que suelen impulsar las utilidades locales y los retornos en dólares sin cobertura.
Dentro de los mercados emergentes, favorecemos:
Nuestra opinión: Los mercados emergentes muestran atractivo junto con Estados Unidos y Europa. La brecha de valuación y un dólar más débil aportan soporte, mientras que las perspectivas de crecimiento a largo plazo refuerzan la tesis de inversión en esta clase de activos.
3. Panorama macro aún débil en China, con visión constructiva en tecnología
El entorno macroeconómico sigue siendo frágil. En agosto, los nuevos préstamos netos repuntaron, aunque se mantuvieron muy por debajo de lo previsto, lo que refleja la débil demanda de crédito privado. La economía continúa en deflación, con una inflación de -0,4% tras dos años de descensos moderados en los precios. Los valores de la vivienda siguen cayendo, la producción industrial se encuentra en su nivel más bajo desde agosto de 2024 y los PMI manufactureros permanecen por debajo de 50. En contraste, las exportaciones han mostrado mayor resiliencia y se han convertido en el principal motor del PIB este año, lo que mantiene alcanzable el objetivo de crecimiento anual.
La política económica se centra en ajustes graduales, no en un gran paquete de estímulo: premia medidas específicas y recurre al apoyo fiscal para sostener la confianza. Hasta ahora, China ha evitado aplicar iniciativas de gran escala, enfocándose en programas de bienestar social y mejoras urbanas. Bajo el actual plan quinquenal, el objetivo es pasar de un crecimiento impulsado por el sector inmobiliario a uno de “alta calidad”: estabilizar el mercado de la vivienda, sanear las finanzas de los gobiernos locales, mantener el flujo de crédito bancario y canalizar capital hacia semiconductores, energía limpia, cadenas de suministro de vehículos eléctricos e infraestructura digital. Con exportaciones firmes y la meta de crecimiento en el horizonte, un estímulo amplio antes del próximo año parece poco probable. Por su parte, la renta variable ha repuntado gracias a las expectativas de apoyo fiscal y a reglas arancelarias más claras, aunque el entorno macroeconómico todavía no muestra una mejora decisiva.
Nuestra opinión: China es una historia de dos velocidades: fortaleza externa y debilidad interna. En el frente macroeconómico, adoptaríamos una visión más positiva si se dieran tres condiciones: 1) un repunte sostenido del consumo, 2) una salida clara de la deflación y 3) utilidades corporativas más sólidas con revisiones generalizadas al alza. Aun así, vemos oportunidades en el ámbito de la innovación, donde la regulación se ha estabilizado y el sector local de inteligencia artificial sigue avanzando. Aunque las grandes tecnológicas ya repuntaron, nuestro foco está en un conjunto más diverso de compañías, tanto grandes como medianas, ligadas a inteligencia artificial, aplicaciones integrales (“super apps” que concentran múltiples servicios en una sola plataforma), vehículos eléctricos de nueva generación, conducción autónoma y producción local de semiconductores. Tras la fuerte subida reciente, los productos estructurados pueden brindar mejores puntos de entrada y la opción de capitalizar la volatilidad.
En conjunto, nuestro manual para el ciclo de recortes de tasas sugiere buscar oportunidades tanto dentro como fuera de Estados Unidos. La próxima semana presentaremos nuestra actualización sobre el mercado de activos alternativos.
La inversión en estrategias de inversión alternativas es especulativa, a menudo implica un mayor grado de riesgo que las inversiones tradicionales, incluyendo liquidez limitada y transparencia limitada, entre otros factores, y solo debe ser considerada por inversionistas sofisticados con la capacidad financiera para aceptar la pérdida total o parcial de los activos destinados a dichas estrategias. Press show more to expand content.
La inversión en estrategias de inversión alternativas es especulativa, a menudo implica un mayor grado de riesgo que las inversiones tradicionales, incluyendo liquidez limitada y transparencia limitada, entre otros factores, y solo debe ser considerada por inversionistas sofisticados con la capacidad financiera para aceptar la pérdida total o parcial de los activos destinados a dichas estrategias.
La diversificación y la asignación de activos no garantizan una ganancia ni protegen contra pérdidas.
Las inversiones en mercados emergentes pueden no ser adecuadas para todos los inversionistas. Los mercados emergentes implican un mayor grado de riesgo y una mayor volatilidad. Los cambios en los tipos de cambio de divisas y las diferencias en las políticas contables y fiscales fuera de los Estados Unidos pueden aumentar o disminuir los rendimientos. Algunos mercados extranjeros pueden no ser tan estables política y económicamente como Estados Unidos y otras naciones. Las inversiones en mercados emergentes pueden ser más volátiles.
Invertir en productos de renta fija está sujeto a ciertos riesgos, incluyendo riesgo de tasa de interés, riesgo de crédito, riesgo de inflación, riesgo de rescate anticipado, riesgo de prepago y riesgo de reinversión. Cualquier valor de renta fija vendido o redimido antes del vencimiento puede estar sujeto a una ganancia o pérdida sustancial.
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