Economía y mercados
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Las acciones estadounidenses de gran capitalización no han podido mantener el impulso de la semana pasada. Hacia el cierre de esta semana bursátil corta, el S&P 500 (-1,6%) y el Nasdaq 100 (-2,3%) habían registrado caídas. El alivio que sintieron los inversionistas ante el retraso en los aranceles a los productos electrónicos de consumo e industriales duró poco, ya que se ha confirmado que dichos retrasos son temporales.
Asimismo, el discurso del miércoles del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, adoptó un tono ligeramente más agresivo, lo que podría sugerir que el banco central no está dispuesto a modificar su tasa de interés oficial dadas las condiciones económicas actuales, y a pesar de la presión del gobierno para hacerlo.
A nivel mundial, las acciones europeas (+3,1%) y chinas en el extranjero (+0,7%) siguen mostrando un buen desempeño, posiblemente impulsado por la salida de activos denominados en dólares en un contexto de incertidumbre.
En materias primas, el oro (+3,6%) continúa destacando: esta semana, superó por primera vez los 3.350 dólares y acumula una ganancia de casi 30% en lo que va de año. El metal ha sido el principal beneficiario, ya que los inversionistas, incluidos los bancos centrales, continúan buscando diversificar sus carteras fuera de los bonos del Tesoro.
A medida que los aranceles siguen dominando los titulares (incluyendo el “gran” progreso con Japón y el poco avance con Europa) y las fluctuaciones del mercado, a continuación, desglosamos tres escenarios y qué impacto podrían tener para su cartera.
Escenario 1 (el más probable): Estados Unidos y sus socios comerciales alcanzan acuerdos y los efectos de sustitución atenúan algunas de las tasas arancelarias establecidas por ley. Creemos que la tasa arancelaria efectiva se ubicará en un rango de aproximadamente 10%-20%. Cabe señalar que, al inicio del año, ésta se ubicaba en alrededor de 2%, por lo que el aumento de los aranceles de importación es considerable, aunque se mantiene dentro del rango de las estimaciones de Wall Street previas al "Día de la Liberación".
Este escenario probablemente afectaría significativamente el crecimiento de Estados Unidos y generaría un aumento del desempleo e inflación. Sin embargo, creemos que se evitaría una recesión, aunque por un estrecho margen. La volatilidad de los mercados probablemente continuaría y los aranceles afectarían negativamente las utilidades.
En este contexto, capitalizar las fluctuaciones puede beneficiar a los inversionistas. Para lograrlo, podrían considerar pagarés estructurados y fondos de cobertura dentro de carteras diversificadas. Estas estructuras pueden diseñarse para ofrecer exposición defensiva a la renta variable, enfocándose en la generación de ingresos mediante primas de opciones. Estas estrategias monetizan eficazmente la volatilidad para generar ingresos, sacrificando, al mismo tiempo, una parte del potencial alcista.
Además, la elevada volatilidad (y consiguiente dispersión) generalmente crea oportunidades para que los fondos de cobertura exploten activamente las distorsiones de precios del mercado y las estrategias de valor relativo entre diferentes clases de activos. Los fondos de cobertura buscan ofrecer baja correlación y beta con la renta variable y fija. Como instrumento, brindan diversificación, reducen las pérdidas durante períodos de tensión y mejoran los retornos ajustados al riesgo.
Escenario 2: Implementación total de aranceles y represalias parciales de los socios comerciales. Este sería el peor escenario para los mercados. Si los aranceles recíprocos anunciados el 9 de abril se mantienen e implementan en su totalidad, prevemos que la tasa arancelaria efectiva de Estados Unidos se situará por encima de 20%.
En este escenario, el aumento de los aranceles podría resultar en un incremento de precios, reducción del gasto de los consumidores, estancamiento de la confianza empresarial, retrasos en las inversiones, destrucción de la demanda económica, pérdida de empleos y, en última instancia, una recesión en Estados Unidos (y a nivel mundial). En este contexto, los inversionistas estarían mejor posicionados a la defensiva.
Esperaríamos que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo recorten significativamente las tasas de interés, los rendimientos de los bonos caigan, las acciones globales se desplomen a dos dígitos y el dólar estadounidense siga debilitándose. Las asignaciones a renta fija y oro podrían beneficiar a las carteras. Los bonos básicos pueden ofrecer estabilidad e ingresos, proporcionando un refugio seguro para los inversionistas que buscan preservar el capital en medio de la incertidumbre del mercado. En particular, para los inversionistas estadounidenses, el hecho de que los bonos municipales se negocien a valuaciones favorables en comparación con su historial puede generar ingresos con ventajas fiscales.
Los bonos municipales son especialmente oportunos, ya que se ha informado que la Casa Blanca está presentando una propuesta al Partido Republicano de la Cámara de Representantes que elevaría la tasa impositiva para quienes ganan más de un millón de dólares a 40%, para compensar el costo de eliminar el impuesto sobre las propinas y la Seguridad Social. Un aumento de la tasa impositiva máxima podría ser un factor favorable para la demanda de bonos municipales.
Además, el oro ha tenido un retorno de 27% en lo que va de año. El metal ha demostrado su valor como cobertura geopolítica y, a medida que los bancos centrales continúan diversificando sus reservas más allá de los bonos del Tesoro estadounidense, podría tener margen para seguir subiendo.
Escenario 3: Resolución positiva, con aranceles retrasados o menos onerosos económicamente de lo que se temía. Esto permitiría a la administración recuperar la confianza de los mercados. En este escenario, esperamos que la tasa arancelaria efectiva de Estados Unidos caiga por debajo de 10%.
Creemos que este escenario es el menos probable, pero el más positivo para los activos de riesgo, ya que presenta el mayor potencial alcista para las acciones globales, con retornos que podrían superar el 20%. Los bancos centrales aún podrían recortar las tasas de interés varias veces, los rendimientos de los bonos se mantendrían dentro de un rango de fluctuación más estable y el dólar revertiría algunas de sus pérdidas recientes. Los activos de riesgo que más han sufrido durante la negociación de aranceles serían los probables beneficiarios (tecnología de gran capitalización, pequeña capitalización y energía).
La situación sigue siendo inestable, por lo que cualquiera de estos escenarios podría concretarse. Por ello, nuestro asesoramiento de inversión se enfoca en estrategias para gestionar la volatilidad y diversificar las carteras. Esto incluye ampliar la exposición a activos y divisas globales, así como incorporar activos no correlacionados, como el oro y los fondos de cobertura (para los inversionistas que cumplan con los requisitos). Ante una recesión significativa del mercado, la renta fija básica puede ofrecer resiliencia a las carteras multiactivo y las notas estructuradas vinculadas a la renta variable pueden proporcionar protección contra caídas, manteniendo al mismo tiempo un atractivo potencial de retornos.
Si tiene preguntas sobre cómo posicionar mejor su cartera, el equipo de J.P. Morgan puede ayudarle.
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