Economía y mercados

América Latina y la guerra comercial: ¿Nuevas oportunidades en el horizonte?

Las noticias sobre el comercio internacional siguen acaparando la atención global. El desarrollo más reciente proviene de Estados Unidos, que ha decidido mantener un arancel base de 10% sobre todas las importaciones, mientras suspende por 90 días los aranceles recíprocos con más de 50 países. China, sin embargo, queda excluida de esta pausa y continúa enfrentando un gravamen de 145%. El presidente Donald Trump anunció una suspensión temporal de aranceles sobre ciertos dispositivos, como iPhones y chips de memoria, en particular aquellos provenientes de China. No obstante, la volatilidad del mercado persiste, mientras los inversionistas intentan adaptarse al vaivén de las políticas arancelarias.

El audaz movimiento provocó una oleada de reacciones, y varios países respondieron con represalias: desde los aranceles impuestos por Canadá a los vehículos de pasajeros, hasta el fuerte gravamen de 125% aplicado por China a las importaciones estadounidenses. En medio de este ir y venir, América Latina se ha mantenido relativamente al margen.

Por un lado, fue la región menos impactada por los aranceles recíprocos cuando se programaron originalmente. A pesar de la pausa de 90 días, muchos países continúan buscando nuevas vías de negociación con Estados Unidos. Por ejemplo, México, ha considerado frenar las inversiones chinas para priorizar el intercambio con naciones con las que mantiene acuerdos de libre comercio, como Estados Unidos. Por su parte, Argentina ha comenzado a explorar la posibilidad de firmar su propio convenio con Washington.

Aunque persiste la incertidumbre, se anticipa un aumento en los aranceles de Estados Unidos, con un impacto que variará según la economía y el sector. Los menos afectados podrían convertirse en los verdaderos beneficiarios de la nueva organización del comercio mundial.

Por ejemplo, el sector agrícola de la región, especialmente el brasileño, podría salir beneficiado ante una posible desviación del comercio generada por los cambios en los patrones globales. Al mismo tiempo, países como México podrían capitalizar su infraestructura y profunda integración con América del Norte para asegurar beneficios sostenidos a largo plazo. No obstante, el camino hacia esas oportunidades probablemente estará marcado por una alta volatilidad en el corto plazo.

América Latina, y América Central en particular, se perfila como ganadora relativa o, al menos, como la región que menos pierde

Aranceles anunciados como % del PIB % exportaciones impactadas

Fuentes: Banco Privado de JPMorgan y Trading Economics. Información al 8 de abril de 2025. PBI: Producto Interno Bruto.
Aún queda por ver si América Latina logrará mantenerse relativamente protegida de los aranceles. Lo que sí parece inevitable es que sufra las consecuencias de la desaceleración global este año, con efectos diferenciados según el nivel de exposición de cada país a Estados Unidos y China. Nuestros colegas del Banco de Inversión han recortado de manera constante las proyecciones de crecimiento para la región, anticipando que en 2025 y 2026 las principales economías crecerán por debajo de su tendencia, a medida que los aranceles y la desaceleración en los mercados desarrollados comiencen a hacer efecto. A corto plazo, se espera que el impacto económico se manifieste en una caída de los volúmenes de exportación, volatilidad cambiante y posibles interrupciones en las cadenas de suministro.

Se espera un crecimiento menor al previsto para algunas de las principales economías de América Latina

Crecimiento del Producto Interno Bruto real, %

Fuente: Banco de Inversión de JP Morgan. Información al 22 de abril de 2025. (e): estimado.

Las oportunidades en recursos naturales y nearshoring

No obstante, el dolor a corto plazo podría convertirse en ganancias a largo plazo si se logra capitalizar adecuadamente la coyuntura. China, Vietnam e India, que podrían enfrentar algunos de los aranceles más altos, exportan en conjunto alrededor de 700 mil millones de dólares en bienes a Estados Unidos. De ese total, aproximadamente 550 mil millones corresponden a productos manufacturados y cerca de 100 mil millones a minería y otras materias primas.1 Si se materializa una sustitución de país del 40%, como sugiere nuestro presidente de Estrategia de Mercado e Inversión, Michael Cembalest, habría una oportunidad potencial de 280 mil millones de dólares, equivalente al Producto Interno Bruto (PIB) combinado de Costa Rica, República Dominicana y Panamá. Con su diversidad exportadora y ubicación geográfica estratégica, la región está bien posicionada para capturar una parte significativa de esta cuota de mercado.

Algunas economías podrían absorber la cuota de mercado vacante resultante de la guerra comercial

Importaciones de Estados Unidos por país y categoría, %

Fuentes: JPMorgan, Trading Economics y Haver Analytics. Información al 8 de abril de 2025.

Participación modesta de América Latina en importaciones estadounidenses es evidente al compararla con la de economías más grandes

Importaciones estadounidenses por país y categoría, puntos básicos

Fuentes: JPMorgan, Trading Economics y Haver Analytics. Información al 8 de abril de 2025.

¿Por qué? En primer lugar, anticipamos que Estados Unidos reorientará su enfoque hacia los recursos naturales, especialmente los minerales críticos, de los que actualmente depende en gran medida de China. Entre 2019 y 2022, el país importó el 72% de sus elementos de tierras raras y 42% de su grafito natural desde China.2 Para ciertos minerales, como el itrio, bismuto y antimonio, esta dependencia es aún más pronunciada. En total, de los 50 minerales identificados como críticos por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), el país depende completamente de las importaciones para 12 de ellos y al menos en 50% para otros 29.2 En este espacio es donde América del Sur podría beneficiarse de manera significativa. Chile, Perú y Argentina cuentan con reservas importantes de minerales críticos. Chile y Perú, por ejemplo, producen 40% del cobre mundial, mientras que Chile y Argentina abastecen 32% del litio.3 Además, países como Brasil, Argentina, Colombia, Perú y Chile tienen el potencial de aumentar su participación en las importaciones estadounidenses de materias primas blandas como soja, café y frutas. La oportunidad de América Latina radica en su vasta riqueza de recursos naturales, que puede posicionarla como un proveedor clave en un mundo que avanza hacia la transición digital y energética, al tiempo que prioriza la seguridad alimentaria y resiliencia de las cadenas de suministro.

Por otro lado, México y América Central están estratégicamente posicionados para beneficiarse del fenómeno de la externalización cercana o nearshoring, al captar una creciente participación de las importaciones manufactureras que Estados Unidos solía obtener de China y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés). La propuesta de valor de la región se ve reforzada por sus costos laborales y de transporte altamente competitivos. Por ejemplo, en países como Honduras, Guatemala y Nicaragua, los salarios en el sector manufacturero oscilan entre 1,50 y 2,50 dólares por hora,4 considerablemente por debajo del promedio de Pekín que ronda los cuatro dólares por hora.5 A esto se suma un aumento cercano a 13% en los aranceles de flete marítimo desde China a Estados Unidos, impulsado por los aranceles y cargos portuarios, además de los extensos tiempos de envío marítimos,6 que varían entre 20 y 40 días. En comparación, los productos fabricados en México pueden llegar a Estados Unidos en tan solo uno o dos días por camión o ferrocarril.

Las ventajas competitivas en el comercio global

Las ventajas competitivas de la región van mucho más allá de mano de obra y bajos costos. Costa Rica, por ejemplo, destaca por su fuerza laboral calificada y ha consolidado una sólida reputación en el sector de dispositivos médicos, con la presencia de empresas como Boston Scientific y Abbott. Además, ha logrado posicionarse como un actor relevante en la industria de semiconductores. Su estabilidad política, junto con una matriz energética basada en fuentes renovables, refuerza su rol como proveedor estratégico para Estados Unidos. Acuerdos como el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, América Central y Estados Unidos, así como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, ofrecen a los países de la región acceso preferencial al mercado norteamericano. El caso de Guatemala ilustra el potencial manufacturero de la región. La inversión de 700 millones de dólares por parte de Walmart durante cinco años refleja la confianza en su capacidad productiva. Actualmente, la compañía adquiere más de dos mil millones de dólares en bienes directamente del país, lo que no solo impulsa la economía local, sino que también abastece a consumidores en América Central, Estados Unidos, México y Canadá.

La pregunta clave es cómo capitalizar estas oportunidades. Aunque persisten desafíos logísticos, muchos países de América Latina cuentan con una base sólida sobre la cual construir. De hecho, Brasil, Panamá, Chile, Perú, Uruguay, Colombia, Costa Rica, Honduras y México se encuentran por encima de la media global en el Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial, que evalúa a 141 mercados. Este índice mide aspectos fundamentales del desempeño logístico, como la eficiencia en aduanas, calidad de la infraestructura, facilidad para envíos internacionales, competencia de los servicios logísticos, capacidad de seguimiento y rastreo, y la puntualidad. Aunque países como Japón (3,90), China (3,70) e India (3,40) registran puntajes más altos, lo que refleja una infraestructura logística más avanzada, América Latina tiene un diferenciador clave: su proximidad geográfica a Estados Unidos. La distancia de Estados Unidos representa una desventaja inherente para muchos países asiáticos, ya que conlleva tiempos de tránsito más largos, costos de envío más elevados, menor capacidad de respuesta y mayores desafíos en la gestión de inventarios, entre otros.

América Latina se sitúa por encima de la media en logística

Índice de Desempeño Logístico

Fuentes: JPMorgan y Banco Mundial. Información al 31 de diciembre de 2023. IDL: Índice de Desempeño Logístico.

Al analizar diversas métricas, aspectos como la competencia y calidad logística, puntualidad y capacidad de seguimiento y rastreo emergen como algunas de las fortalezas más destacadas en las principales economías latinoamericanas. Más allá de los puntajes actuales, existe una tendencia positiva: según el Banco Interamericano de Desarrollo, las inversiones en proyectos de infraestructura a través de asociaciones público-privadas han crecido más de 15% en la región, y el número de proyectos aumentó más de 25% entre 2021 y 2022.

Sin embargo, no se trata únicamente de expandir la infraestructura interna, sino de crear nuevas rutas de interconexión entre los países de la región para aprovechar mejor las ventajas competitivas que ofrece cada uno: la frontera de México con Estados Unidos, el potencial manufacturero de América Central y la abundancia de recursos naturales en América del Sur.

El potencial estratégico de América Latina en el comercio global

Asimismo, el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (2023), que clasifica a los países en áreas como instituciones, infraestructura, estabilidad macroeconómica, salud, educación y capacidad de innovación, destaca a varios países latinoamericanos sobre otros mercados emergentes. Chile, México, Uruguay, Colombia, Costa Rica, Perú, Panamá y Brasil se ubicaron por encima de la media entre los 141 mercados evaluados, superando a economías como India e Indonesia. Chile lidera la región gracias a un entorno macroeconómico estable, mercados competitivos y un sistema financiero robusto, lo que lo convierte en una opción atractiva para empresas que buscan alternativas ante los aranceles estadounidenses. Por su parte, a pesar de las tensiones comerciales, México ha mostrado avances en áreas como el mercado laboral y la adopción de tecnologías de la información y comunicación.

Dicho esto, la oportunidad no es nueva. El sólido crecimiento que experimentó América Latina antes de la crisis financiera global ya había puesto en evidencia la fuerte dependencia de la región de las materias primas. Sin embargo, esta oportunidad se diluyó durante la llamada "década perdida" entre 2010 y 2020, período marcado por incertidumbre política, polarización ideológica, deterioro de los fundamentos económicos y bajos niveles de inversión. Esta vez, creemos que el escenario podría ser diferente. Aunque muchas administraciones de izquierda aún permanecen en el poder en la región, la errática política comercial del presidente Trump podría tener una consecuencia no intencionada: fomentar una mayor cohesión entre los países latinoamericanos ante un objetivo común: gestionar de forma estratégica su relación con Estados Unidos.

Crecimiento de mercados emergentes ha variado mucho durante la última década, mientras que América Latina se ha mantenido estancada

Producto Interno Bruto real, variación porcentual interanual

Fuentes: Banco Privado de JP Morgan y Haver Analytics. Información al 31 de diciembre de 2024. ASEAN: Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. TCAC: Tasa de crecimiento anual compuesta.
En resumen, aunque podría haber cierto dolor a corto plazo, América Latina parece bien posicionada para capitalizar a largo plazo las tensiones comerciales entre Estados Unidos y el resto del mundo, particularmente Asia. Su bajo riesgo arancelario relativo, junto con su proximidad geográfica a Estados Unidos, le otorga una ventaja distintiva frente a los países asiáticos, que enfrentan aranceles más altos y tiempos de tránsito más largos. Aunque los desafíos persisten, el compromiso regional por mejorar la infraestructura mediante un aumento en las inversiones en asociaciones público-privadas fortalece aún más su competitividad en el escenario global. Por lo tanto, la región se perfila como un actor clave a medida que los patrones de comercio mundial evolucionan.

1 Trading Economics. Datos al 31 de diciembre de 2024.

2 Servicio Geológico de los Estados Unidos. Datos al 31 de diciembre de 2023.

3 Agencia Internacional de Energía. Datos al 31 de diciembre de 2021.

4 Fundación WageIndicator. Datos al 31 de diciembre de 2024.

5 China Briefing. Datos al 5 de abril de 2025.

6 The Times, Freightos. Datos al 18 de abril de 2025

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