Estrategia de inversión
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A principios del siglo XX, Argentina era considerada una de las potencias económicas del mundo, con una riqueza per cápita superior a la de Francia, Alemania e Italia. Reconocido por sus recursos naturales, el país cosechó los beneficios de un rápido crecimiento económico (aunque desigualmente distribuido). Sin embargo, la excesiva dependencia de los precios de las materias primas, principalmente de la carne y el trigo, así como un gasto gubernamental desmesurado, terminaron resultando insostenibles y mantuvieron a la economía en constantes ciclos de altibajos.
A pesar de haber enfrentado problemas económicos y políticos recurrentes durante casi 100 años, el país continúa siendo el segundo más grande de América Latina y la tercera economía de la región. Caracterizada por una disfunción fiscal generalizada, presiones inflacionarias e inestabilidad política, Argentina ha enfrentado turbulencias durante décadas, debido al frecuente estancamiento político y rápidos cambios de las políticas gubernamentales, derivados de un pasado de profunda polarización entre los principales partidos. Además, la mayor parte de los gobiernos del siglo XXI adoptaron tendencias populistas, lo que aumentó significativamente los niveles de gasto social, recortes de impuestos y crecimiento de la deuda con otros países y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este incremento del gasto contribuyó, en gran medida a la decadencia del país y ha ayudado a justificar la necesidad de una reforma fiscal. Todo esto también estuvo acompañado de continuos incumplimientos de pagos sobre su deuda (nueve hasta ahora), lo que, a su vez, ejerció presión sobre la moneda y calificaciones soberanas.
Antes de la llegada a la presidencia de Javier Milei en diciembre de 2023, la economía argentina enfrentaba una persistente inflación elevada y déficits fiscales significativos, producto de la degradación gradual de su posición económica. Esto generó un entorno complejo que, ante el aumento de la incertidumbre global y las preocupaciones geopolíticas, requería urgentemente estabilidad. Por su parte, políticamente, el triunfo de Milei con el Partido Libertario (conocido por su enfoque en el libre mercado y puntos de vista generalmente conservadores) representa la segunda vez en la historia del país en que un tercer partido gana el poder.
Desde que asumió el cargo, Milei se ha enfocado en la reforma monetaria, reducción de costos y privatización de industrias, así como en la implementación de políticas y regulaciones favorables al libre mercado. Con este fin, ha realizado cambios drásticos e introducido varias reformas para combatir los persistentes niveles de inflación y proveer estabilidad a la economía argentina. En casi un año, el retorno total hasta noviembre del Índice MSCI Argentina subió más de 107%, lo cual refleja los efectos acumulados de las reformas y control cambiario implementados, así como la confianza de los inversionistas. Al analizar el primer año de su mandato, podemos ver los frutos de los esfuerzos en muchas áreas, desde la macroeconomía hasta los desarrollos políticos.
Crecimiento económico
Durante el último año, Argentina ha experimentado un impulso económico, en gran medida gracias a la recuperación de sectores clave como la energía y minería. La aprobación del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) alineó el entorno regulatorio con el de Chile, lo cual ha aumentado la confianza de los inversionistas y facilitado el crecimiento a través de planes de apoyo a largo plazo a las compañías locales. Esencialmente, este marco ha creado un régimen de incentivos para las empresas que invierten más de 200 millones de dólares en sectores clave y reduce el impuesto sobre la renta de 35% a 25%. Adicionalmente, ha limitado la tasa de regalías a 5%, permite a las empresas pagar el impuesto al valor agregado (IVA) con certificados de crédito fiscal y exime ciertos aranceles de importación y todos los de exportación. Lo más importante, estos beneficios estarán garantizados por 30 años, independientemente de quien se encuentre en el poder.
Con todos estos cambios, el gobierno argentino espera fomentar una inversión nacional a gran escala e impulsar el crecimiento económico. Desde que la promulgación de RIGI el pasado 8 de julio, la actividad económica ha registrado ganancias significativas, liderada por la agricultura, petróleo y gas, y minería.
En cuanto a las previsiones futuras, el ministro de Finanzas, Luis Caputo, ya ha declarado que no prevén acceder a los mercados de deuda pública hasta, al menos, 2026, lo que refuerza la idea de que las medidas para mitigar el elevado riesgo país pueden ser aplazadas.
Minería y minerales críticos
En nuestras “Perspectivas de mitad de año 2024” ya comentamos que la economía global y la transición digital/inteligencia artificial serán cada vez más dependientes de minerales clave como el litio y el cobre. Muchos de estos recursos críticos están fuertemente concentrados en los países latinoamericanos: Por ejemplo, Argentina y Chile suministran, al menos, 32% del litio mundial.
En esta línea, la revolución energética de “Vaca Muerta” ha ganado tracción en la región y empresarios locales ya están invirtiendo fuertemente con la intención de expandir la industria. Varios proyectos se han centrado en promover las capacidades de exportación por tubería de petróleo y gas natural desde Vaca Muerta a socios comerciales clave como Brasil, ya que Argentina sigue siendo la segunda fuente más grande de gas de esquisto. Además, el gobierno actual está ayudando a facilitar los marcos tarifarios y logísticos adecuados con la esperanza de apoyar este crecimiento en el futuro.
Política monetaria e inflación
Además de abordar el crecimiento, las políticas monetarias de Milei se han centrado en reducir la inflación con gran eficacia. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha mostrado señales de moderación, con la medida subyacente mes a mes estabilizándose en torno a 2,5%. En términos interanuales, la inflación ha disminuido significativamente desde máximos de casi 290% en abril de este año a 193% en octubre. Aunque los niveles siguen siendo elevados, el consenso de los inversionistas es que las acciones y reformas son cada vez más beneficiosas.
Si bien muchas de estas reformas han tenido un impacto notable en varias áreas de la economía, el consumidor no se ha visto igualmente beneficiado. De hecho, los crecientes niveles de pobreza (casi 53% en el primer semestre de 2024 desde poco más de 40% un año antes) plantean un desafío significativo. Por ello, la principal preocupación de los ciudadanos ha pasado de la inflación al desempleo, según la última encuesta de Poliarquía. El reciente aumento en la tasa de desempleo es bastante claro y muestra parte del impacto que estos cambios han tenido.
En cuanto a la inflación, el método empleado para amortiguar los niveles históricamente altos se basa en controles restrictivos de capital (en vigor desde hace algún tiempo). Sin embargo, Milei ya ha indicado su intención de aflojarlos una vez que la economía se recupere y se logren los objetivos fiscales. Aunque esto podría estar a meses/trimestres de distancia, la base monetaria está fijada en 48 mil millones de pesos, por lo que se espera que la inflación siga en caída. Con estos estrictos controles de capital, el país retiene un mayor control sobre su posición monetaria y evita la inflación importada, lo cual reduce las presiones sobre los precios a nivel local. Dado que tales medidas han ayudado en el camino a la desinflación, aflojarlas solo después de lograr avances sustanciales parece una decisión prudente.
Adicionalmente, los esfuerzos para sanear el balance del banco central también han contribuido a la desaceleración de la inflación mensual y al estrechamiento de la brecha entre los tipos de cambio paralelo y oficial. Con una genuina demanda de moneda local, que puede generar el potencial aumento de las reservas brutas (favorecido por el ajuste gradual del peso al dólar) y crecimiento de los depósitos en divisas extranjeras, la administración podría considerar prudente comenzar una liberación gradual de los controles de capital a principios de 2025. Mantener estas políticas durante demasiado tiempo presenta algunas sensibilidades, ya que la absoluta falta de reservas en divisas del país y la posible fuga de capitales internos representan un riesgo.
Política fiscal y logros legislativos
La administración de Milei ha adoptado una estricta postura en cuanto a los gastos fiscales, al vetar aumentos del gasto y aprobar una ley omnibus para asegurar la consolidación fiscal. Como ejemplo de un área de gasto que se ha evitado, en septiembre de 2024, el gobierno vetó y bloqueó con éxito un aumento potencial del financiamiento de pensiones y universidades públicas. Esto alivió significativamente la presión fiscal y aceleró el proceso de desinflación. Por su parte, el Congreso no alcanzó los dos tercios de los votos necesarios para anular este veto, con lo que se logró mantener la medida de austeridad. Si bien esta decisión enfrentó una fuerte oposición, con protestas generalizadas, el presidente se ha mantenido firme en su objetivo de reequilibrar la posición fiscal del país.
Por otro lado, a pesar de una caída de 5% de los ingresos fiscales reales, el gobierno ha mantenido un superávit fiscal. Este fenómeno ha sido impulsado en gran parte por una combinación de políticas fiscales estratégicas y una recuperación económica. En agosto, el balance primario registró un excedente, lo que ha sido clave para compensar los pagos de intereses, particularmente con el FMI, y poder volver a un superávit. Esta vuelta a la fiscalidad positiva se ve respaldada por un robusto superávit en la cuenta financiera, lo que ha ayudado a financiar los déficits de la cuenta corriente y estabilizar las reservas brutas. Lograr un saldo fiscal positivo por primera vez en 14 años es un gran logro de la estrategia económica de Milei.
De cara al futuro
La combinación de los avances en el gasto fiscal y la inflación ha permitido recientemente que Argentina obtuviese una mejora en su calificación por parte de Fitch, al pasar de CC a CCC (ocho niveles por debajo de grado de inversión y en la misma posición que Bolivia). La deuda del país sigue en rangos significativos de riesgo, pero incluso las agencias calificadoras están reconociendo la dirección positiva de los cambios.
A pesar de los avances significativos en la situación económica y política, aún está por verse si estos logros son sostenibles. Las reformas económicas han tenido efectos notables, gracias al enfoque en la estabilización de la economía y fomento del crecimiento. El énfasis en medidas monetarias y de disciplina fiscal y políticas de libre mercado ha impulsado la recuperación de sectores como la energía y la minería, apoyada por el marco RIGI, que fomenta la inversión interna. Aunque la inflación sigue siendo un desafío, los esfuerzos para reducirla mediante controles de capital y una base monetaria fija muestran señales prometedoras. Alcanzar un superávit fiscal por primera vez en más de una década destaca la efectividad de las políticas fiscales, a pesar de la reducción de los ingresos fiscales reales.
En linea con el tono positivo, Milei anunció recientemente que se van a levantar los controles de capital en 2025, e informó que tratará de llegar a un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. La flexibilización de los controles de capital podría conducir a un aumento de las inversiones extranjeras, lo que aliviaría la presión sobre la economía doméstica. También ofreció unas primeras pinceladas de otras reformas clave, entre ellas la reducción de impuestos y el uso libre de monedas extranjeras para transacciones domésticas --en un claro movimiento de apoyo hacia el crecimiento y la expansión de la economía de Argentina.
A medida que Argentina continúa su resurgimiento económico, lograr equilibrar el crecimiento y controlar la inflación y responsabilidad fiscal será crucial para mantener la trayectoria positiva. Continuamos monitoreando la situación, especialmente a través del lente de los ciudadanos. El aumento del desempleo, tasas elevadas de pobreza y salud económica general de la población siguen siendo variables inciertas, y cómo se estabilicen en relación con las políticas a largo plazo de Milei será sumamente importante. Asimismo, recientemente se ha mencionado una posible inclusión de Argentina en los índices de MSCI, ya que actualmente el país está clasificado como un mercado independiente debido a su inaccesibilidad y profunda incertidumbre económica. Por ahora, la comunidad internacional de inversionistas lo sigue considerando con cautela y espera la estabilización hacia la que ha estado trabajando diligentemente.
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