Las elecciones en EE. UU. y su efecto dominó

Las elecciones de EE. UU. de 2024 culminaron con una victoria republicana, con Donald Trump asegurando la presidencia y el Partido Republicano tomando el control del Senado. Mientras que los resultados de la Cámara de Representantes están pendientes, las previsiones sugieren una Cámara también controlada por los republicanos, indicando un barrido del GOP. La reacción del mercado ha sido rápida, con las acciones estadounidenses experimentando un notable aumento, impulsadas por las expectativas de políticas de crecimiento. Las áreas clave de enfoque bajo la nueva administración incluyen negociaciones fiscales, posibles aumentos en los rendimientos y una perspectiva favorable para las acciones estadounidenses, particularmente en sectores cíclicamente apalancados.
A medida que se asienta el polvo de las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2024, el panorama económico global se prepara para posibles cambios. América Latina es particularmente sensible a los cambios en la política de EE. UU., ya que el panorama económico de la región está intrínsecamente vinculado a las políticas comerciales, migratorias y regulatorias . Anticipamos un dólar más fuerte, tasas de interés más altas en EE. UU. y posibles interrupciones comerciales, y las economías latinoamericanas deben navegar estos desafíos mientras abordan sus idiosincrasias únicas.
Los principales efectos colaterales a considerar son a través de:
- Comercio: La posibilidad de nuevas tensiones comerciales bajo una administración Trump podría interrumpir las exportaciones latinoamericanas, particularmente en México, que está estrechamente vinculado a la manufactura estadounidense. La revisión del T-MEC se avecina como un gran evento, que se espera que comience a finales del próximo año, con las tensiones comerciales existentes sobre el maíz transgénico y la energía probablemente intensificándose.
- Inmigración: unas políticas migratorias más estrictas en EE. UU. podrían impactar los flujos de remesas, una fuente vital de ingresos para países como México, El Salvador y la República Dominicana. Las oportunidades de nearshoring restantes pueden compensar algunos de estos obstáculos.
- Regulación: La desregulación en EE. UU. podría crear presiones competitivas para las industrias latinoamericanas, requiriendo ajustes estratégicos para mantener posiciones de mercado.
- Dinámica de la moneda: Un dólar más fuerte y tasas de interés más altas podrían exacerbar las presiones inflacionarias en América Latina, limitando la flexibilización de la política monetaria y aumentando la presión sobre saldos fiscales ya sobreextendidos.
- Materias primas: Los precios de las materias primas, un componente crítico de muchas economías latinoamericanas, podrían verse influidos por los cambios en las políticas de EE. UU. Un dólar más fuerte típicamente presiona los precios de las materias primas, impactando los ingresos por exportaciones y la estabilidad económica en los países ricos en recursos.
En general, dados los efectos colaterales mencionados anteriormente, nuestros economistas estiman una perspectiva internacional más débil, lo que explica sus revisiones sobre el crecimiento del PIB real, la inflación, las tasas de interés oficiales y el tipo de cambio.
Nuestros economistas prevén un panorama internacional más débil
PIB real, inflación, tasas de interés oficiales y tipos de cambio
Importante a tener en cuenta: China se encuentra en el punto de mira de las tensiones comerciales renovadas con EE. UU. El aumento anticipado de los aranceles sobre los productos chinos al 60% plantea desafíos significativos, con posibles impactos en el crecimiento del PIB, las exportaciones y la confianza empresarial, lo que explica las revisiones de estimaciones por parte de los economistas de nuestro banco de inversión. En respuesta, China probablemente implementará cambios en las políticas, incluida la depreciación de la moneda, el apoyo fiscal y la flexibilización monetaria, en un intento de compensar parcialmente algunos de los posibles daños a su ya debilitada economía. Importante, la relación de China con México también está bajo escrutinio, dado el creciente papel de este último en las cadenas de suministro de EE. UU. y el potencial de mayores demandas de EE. UU. en la próxima revisión del T-MEC.
México se presenta como la economía latinoamericana más vulnerable a los cambios en la política de Estados Unidos. Las transiciones políticas sincronizadas en ambos países, junto con la inminente revisión del T-MEC, presentan desafíos significativos. La naturaleza entrelazada de la manufactura de EE. UU. y México históricamente ha beneficiado a México, pero las tensiones comerciales y el traspaso de la tasa de cambio a la inflación podrían tensar su perspectiva macroeconómica. Sin embargo, México también ha sido un beneficiario clave de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, con sus exportaciones a EE. UU. superando a las de China. Este cambio posiciona a México como un beneficiario importante del apetito de EE. UU. por importaciones de tecnología avanzada, aunque también invita a un mayor escrutinio y posibles desafíos en la próxima revisión del T-MEC, además de la necesidad de invertir significativamente en I+D en México.
En Brasil, se espera que un dólar estadounidense fortalecido exacerbe las presiones inflacionarias existentes. Las proyecciones de inflación del BCB han llevado a revisiones al alza en las previsiones del IPC, con aumentos de las tasas de interés anticipados para continuar hasta 2025. Mientras que los efectos comerciales pueden mitigarse con la sustitución de importaciones chinas por parte de Brasil, las condiciones financieras más estrictas y la menor confianza empresarial plantean desafíos de crecimiento. El panorama de la política fiscal de Brasil está desafiado por la falta de coordinación política, y la capacidad del gobierno para cumplir con las metas fiscales depende de la ejecución efectiva del presupuesto y de posibles reformas para abordar problemas estructurales.
Los objetivos de inflación revisados al alza en todos los ámbitos
Inflación y objetivo de inflación de los bancos centrales
Los países andinos—Colombia, Chile y Perú—enfrentan un panorama económico complejo caracterizado por condiciones financieras más estrictas y fluctuaciones significativas en el mercado de materias primas. La depreciación de las monedas locales ha aumentado las presiones inflacionarias a través de los efectos de traspaso del tipo de cambio, aumentando los costos de importación y contribuyendo a la inflación general. En respuesta, los bancos centrales de la región están recalibrando la política monetaria, adoptando un enfoque cauteloso para equilibrar el apoyo al crecimiento y el control de la inflación.
- Colombia: Como un exportador importante de petróleo, la economía de Colombia está significativamente influenciada por las fluctuaciones de los precios mundiales del petróleo. La reciente sorpresa a la baja en la inflación ofrece cierto alivio, pero los riesgos fiscales y la posibilidad de condiciones financieras más estrictas persisten.
- Chile: La economía de Chile, fuertemente dependiente de las exportaciones de cobre, es muy sensible a los cambios en los precios mundiales de las materias primas. La recalibración de la política monetaria por parte del banco central refleja la necesidad de abordar estas presiones externas.
- Perú: La economía de Perú, dependiente de las exportaciones mineras, enfrenta desafíos por los precios fluctuantes de las materias primas. El reciente recorte de tasas del banco central señala un cambio hacia una postura monetaria más neutral, reflejando la necesidad de abordar las presiones inflacionarias mientras se apoya la estabilidad económica. La perspectiva económica de Perú también está moldeada por su dependencia de la demanda mundial de sus exportaciones minerales, lo que requiere ajustes estratégicos para mantener el crecimiento.
La recuperación económica de Argentina está ganando impulso, con una desinflación que se espera continúe. La evolución potencial del marco político, incluidos los ajustes a las condiciones del mercado cambiario, podría apoyar aún más la estabilidad económica. Las reformas radicales de Milei han parecido inicialmente exitosas, con la economía viendo un superávit fiscal por primera vez en más de 14 años. Sin embargo, esto viene con algunos riesgos. Las perspectivas de nuestro banco de inversión sugieren que mantener el status quo sobre los controles de capital puede volverse cada vez más costoso, lo que lleva a posibles cambios en la política y/o cambios en el cronograma para desmantelar dichos controles.
En el ámbito político, la relación entre Donald Trump y Javier Milei podría influir en las estrategias económicas y diplomáticas de Argentina. La alineación de Milei con Trump podría facilitar relaciones bilaterales más fuertes y potencialmente impactar los flujos de comercio e inversión. Con su enfoque en la inversión doméstica y la desinflación, Argentina podría beneficiarse potencialmente de relaciones mejoradas y acuerdos comerciales con los Estados Unidos.
Desde Guatemala, la inseguridad y la pobreza han sido destacadas por varias figuras políticas influyentes como los principales impulsores de la migración hacia los Estados Unidos. Desde que asumió el cargo en agosto de 2024, el presidente Arévalo se ha enfocado en este problema central estimulando la economía a través del desarrollo de infraestructura doméstica. Si bien su objetivo es frenar la "causa raíz" de esta migración a gran escala de Guatemala a Estados Unidos, el reciente rechazo legislativo a sus propuestas ha ralentizado cualquier progreso significativo en estas áreas. A la luz de políticas de inmigración más estrictas en EE. UU. en los próximos años, esto también podría afectar negativamente a la región que históricamente ha luchado con la participación laboral, la actividad económica y el bienestar general de la población nativa.
Desde una perspectiva global, la tendencia es clara. Al observar Japón, donde hemos tenido una perspectiva constructiva a lo largo de este año pasado, nuestros socios de la banca de inversión también hicieron algunos ajustes en el panorama económico. Las expectativas para el crecimiento de Japón para 2025 se han revisado a la baja, mientras que las expectativas de inflación se han ajustado al alza. Se espera que la potencial fortaleza sostenida del USD y los mayores costos de insumos globales influyan en la trayectoria de la política del Banco de Japón, con aumentos de tasas ahora anticipados en abril y octubre de 2025. Dicho esto, a pesar de los riesgos externos, se espera que la demanda interna en Japón se mantenga resiliente, respaldada por un sólido crecimiento salarial y medidas fiscales.
En general, las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2024 marcan un momento crucial para los mercados globales, con América Latina, China y Japón preparándose para experimentar efectos colaterales significativos. A medida que estas regiones navegan por interrupciones comerciales, cambios regulatorios, dinámicas monetarias y fluctuaciones en el mercado de materias primas, los ajustes estratégicos serán cruciales para mitigar riesgos y capitalizar oportunidades emergentes. Las previsiones actualizadas de PIB, IPC y tasas de interés de nuestro banco de inversión proporcionan valiosas conclusiones sobre el panorama económico en evolución, guiando nuestra perspectiva para estas regiones en los próximos años.
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