Economía y mercados
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Esta semana, las acciones estadounidenses repuntaron gracias a sólidos resultados corporativos y al optimismo en torno a la inteligencia artificial, pese a las renovadas tensiones entre Estados Unidos y China y a las nuevas sanciones impuestas a Rusia. Por su parte, los bonos se mantuvieron estables o con leves descensos, mientras los inversionistas aguardan los datos clave de inflación de hoy y el posible recorte de tasas que la Reserva Federal podría anunciar en los próximos días. Con esto en mente, analizamos cómo los Supuestos de Mercado de Capitales a Largo Plazo (LTCMAs, por sus siglas en inglés) de este año pueden ayudar a convertir las fluctuaciones de corto plazo en resultados sostenibles para las carteras a largo plazo.
Los Supuestos de Mercado de Capital a Largo Plazo (LTCMAs) de J.P. Morgan Asset Management ya están disponibles y marcan la pauta sobre cómo concebimos el riesgo, el retorno y la construcción de carteras para los próximos 10 a 15 años, más allá de los movimientos de corto plazo o los titulares del momento.
¿Qué son los LTCMAs?
Cada año, establecen la base de nuestro enfoque hacia el riesgo, el retorno y la estrategia de inversión. En su 30.ª edición, son mucho más que una proyección, constituyen el motor que impulsa nuestra planificación y proceso de inversión. Elaborados desde cero, con un enfoque transparente y basado en datos, descomponen los retornos esperados de cada clase de activo en factores clave como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, los rendimientos de los bonos y las valuaciones. Estas estimaciones se someten luego a pruebas de estrés en más de 200 clases de activos y 20 divisas, lo que garantiza que cada proyección se sustente en fundamentos económicos sólidos. El resultado: un marco robusto y con visión de futuro que respalda más de un billón de dólares en carteras de inversión a largo plazo.
¿Por qué son importantes?
Porque convierten el análisis en acción. Definen las expectativas de retorno y riesgo en cada escenario de cartera, desde pruebas de estrés ante caídas bursátiles hasta la planificación de una jubilación a 20 años. Permiten a los inversionistas anticipar distintas condiciones del mercado y evaluar cómo se mantienen sus metas en contextos que van desde ciclos alcistas hasta recesiones. También ayudan a definir las categorías de riesgo (Liquidez, Estilo de vida, Crecimiento y Legado), cada una con su propio perfil y horizonte temporal. Así, calibran el nivel adecuado de riesgo para cada categoría y aseguran que la volatilidad y los retornos proyectados estén alineados con los objetivos del inversionista. Esto permite analizar escenarios optimistas y adversos, y visualizar cómo distintas asignaciones habrían funcionado durante crisis pasadas. No se trata solo de promedios, sino de fortalecer la confianza al entender los equilibrios y tomar decisiones bien fundamentadas.
¿Por qué son relevantes tanto a corto como a largo plazo?
Los LTCMAs de este año llegan en un momento crucial, justo cuando los inversionistas enfrentan un entorno que combina resiliencia e incertidumbre. A primera vista, las principales cifras podrían parecer cambios modestos, pero los temas de fondo distan de ser estáticos. Bajo la superficie, se perfila un cambio estructural impulsado por tres grandes fuerzas:
La aceleración tecnológica, especialmente en inteligencia artificial, que transforma los modelos de negocio, estimula la inversión de capital y potencia la productividad, aunque también introduce mayor volatilidad.
Dicho esto, veamos cómo los LTCMAs pueden ayudar a los inversionistas a responder las preguntas más relevantes y a transformar las inquietudes actuales en oportunidades.
Comprender la “brecha de crecimiento”
Una de las dudas más comunes es cómo pueden mantenerse estables las proyecciones de retorno de la renta variable si se prevé que la economía estadounidense se desacelere hasta un ritmo anual de 1,8%. La explicación está en la evolución de los ingresos corporativos, que se mueven en línea con el PIB nominal (no con el real) y, por tanto, podrían avanzar a un paso más rápido que el conjunto de la economía.
Esta distinción es importante, ya que muchos inversionistas se enfocan en el PIB real (ajustado por inflación), lo que hace que la diferencia entre una expansión de 1,8% y un aumento de ingresos cercano al 6% parezca más amplia de lo que realmente es. Aunque todavía hay una brecha entre el crecimiento nominal estimado (4,3%) y el ritmo de las ventas empresariales, el PIB nominal ofrece una referencia más precisa para evaluar las tendencias de rentabilidad corporativa.
Existen dos razones principales que explican esta diferencia:
Históricamente, el avance de los ingresos ha superado al del PIB nominal en más del 60% de las veces, especialmente en etapas de fuerte poder de fijación de precios e innovación empresarial. El resultado: se estima que las grandes compañías estadounidenses logren un retorno anual de 6,7%, incluso si las valuaciones actúan como freno.
Manejar valuaciones exigentes
Tras varios años de sólido desempeño, las valuaciones se mantienen en niveles elevados y podrían convertirse en un factor que limite los retornos.
Los LTCMAs reflejan este escenario al proyectar una disminución gradual en las relaciones precio/utilidad desde los niveles actuales, lo que podría afectar los retornos totales. Aun así, existen razones de peso para que las valuaciones se mantengan por encima de los promedios históricos. En Estados Unidos, la composición del índice ha evolucionado hacia empresas de mayor calidad y dinamismo (en particular en el sector tecnológico y otros con márgenes resilientes y sólida presencia global). Se estima que las recompras de acciones aporten alrededor de 3% al retorno total, mientras que la dilución bruta restaría aproximadamente 1,5%. Por su parte, los dividendos se mantendrían estables en el corto plazo y luego tenderían al alza, con una contribución anual promedio de 1,7%. En conjunto, aunque las ganancias más fáciles derivadas de la expansión de múltiplos podrían haber quedado atrás, la evolución del mercado accionario y la prima que los inversionistas otorgan al crecimiento y rentabilidad sugieren que las valuaciones elevadas podrían perdurar.
Repensar la diversificación
Los LTCMAs prevén que la correlación entre acciones y bonos podría continuar en aumento e incluso volverse positiva, reflejo de un entorno marcado por una inflación persistente y mayor volatilidad en las tasas de interés. Esto no significa que estos hayan perdido su valor como herramienta de diversificación, especialmente en episodios de desaceleración económica que generan nerviosismo en los mercados. La renta fija de alta calidad sigue presentando la menor correlación con la renta variable dentro de los activos líquidos, y la vuelta a un contexto de tasas más elevadas ha restablecido su capacidad de generar retornos positivos si éstas llegaran a retroceder. No obstante, en un escenario donde acciones y bonos puedan avanzar en la misma dirección, los inversionistas podrían diversificar aún más sus carteras incorporando alternativas como fondos de cobertura, activos reales o capital privado, que ayuden a amortiguar el impacto cuando las correlaciones tradicionales se desajustan.
En síntesis
Los LTCMAs 2026 son mucho más que una proyección, representan un llamado a la acción. En un entorno donde las políticas, la tecnología y la dinámica de los mercados evolucionan con rapidez, ofrecen un marco disciplinado y respaldado por datos para tomar decisiones informadas. Pueden ayudar a los inversionistas a conectar las inquietudes de corto plazo con las oportunidades de largo plazo, al transformar la volatilidad en una fuente de fortaleza en lugar de un riesgo que deba evitarse. Como siempre, nuestro equipo está disponible para traducir estos análisis en estrategias concretas, alineadas con los objetivos y circunstancias de cada inversionista.
SUPUESTOS DEL MERCADO DE CAPITALES A LARGO PLAZO DE JPMAM
Dado el complejo equilibrio entre riesgo y recompensa, recomendamos a los clientes que utilicen tanto su criterio como enfoques de optimización cuantitativa al definir asignaciones estratégicas. Tenga en cuenta que toda la información presentada se basa en análisis cualitativos. No se aconseja depender exclusivamente de lo anterior. Esta información no constituye una recomendación para invertir en ninguna clase de activo o estrategia específica, ni representa una promesa de resultados futuros. Cabe destacar que estos supuestos sobre clases de activos y estrategias son únicamente pasivos; no consideran el impacto de la gestión activa. Las referencias a rendimientos futuros no son promesas ni estimaciones de los rendimientos reales que podría obtener una cartera de cliente. Los supuestos, opiniones y estimaciones se proporcionan únicamente con fines ilustrativos. No deben considerarse como recomendaciones para comprar o vender valores. Las proyecciones de tendencias de los mercados financieros basadas en las condiciones actuales reflejan nuestro juicio y pueden cambiar sin previo aviso. Consideramos que la información aquí presentada es confiable, pero no garantizamos su exactitud ni integridad. Este material ha sido elaborado únicamente con fines informativos y no pretende brindar, ni debe considerarse como, asesoría contable, legal o fiscal. Los resultados derivados de los supuestos se ofrecen solo para ilustración y discusión, y están sujetos a limitaciones significativas.
Las estimaciones de rendimiento “esperado” o “alfa” están sujetas a incertidumbre y posibles errores. Por ejemplo, cambios en los datos históricos utilizados para la estimación pueden generar implicaciones distintas para los rendimientos de las clases de activos. Los rendimientos esperados para cada clase de activo dependen de un escenario económico; los rendimientos reales, si dicho escenario se materializa, pueden ser superiores o inferiores, como ha ocurrido en el pasado, por lo que el inversionista no debe esperar obtener rendimientos similares a los aquí mostrados. Las referencias a rendimientos futuros, ya sea de estrategias de asignación de activos o de clases de activos, no son promesas de los rendimientos reales que podría obtener una cartera de cliente. Debido a las limitaciones inherentes de todos los modelos, los posibles inversionistas no deben basar sus decisiones exclusivamente en el modelo. El modelo no puede considerar el impacto que factores económicos, de mercado y otros pueden tener en la implementación y gestión continua de una cartera de inversión real. A diferencia de los resultados reales de una cartera, los resultados del modelo no reflejan operaciones reales, restricciones de liquidez, comisiones, gastos, impuestos y otros factores que podrían afectar los rendimientos futuros. Los supuestos del modelo son únicamente pasivos; no consideran el impacto de la gestión activa. La capacidad de un gestor para lograr resultados similares está sujeta a factores de riesgo sobre los cuales puede tener poco o ningún control.
Las opiniones aquí contenidas no deben interpretarse como asesoría ni recomendación para comprar o vender ninguna inversión en ninguna jurisdicción, ni como un compromiso de J.P. Morgan Asset Management o cualquiera de sus subsidiarias para participar en alguna de las transacciones mencionadas. Cualquier pronóstico, cifra, opinión, técnica o estrategia de inversión expuesta se presenta solo con fines informativos, basada en ciertos supuestos y condiciones de mercado actuales, y puede cambiar sin previo aviso. Toda la información presentada se considera precisa al momento de su elaboración. Este material no contiene información suficiente para fundamentar una decisión de inversión y no debe ser utilizado para evaluar la conveniencia de invertir en valores o productos. Además, los usuarios deben realizar una evaluación independiente de las implicaciones legales, regulatorias, fiscales, crediticias y contables, y determinar, junto con su asesor financiero, si alguna inversión mencionada se ajusta a sus objetivos personales. Los inversionistas deben asegurarse de obtener toda la información relevante disponible antes de tomar cualquier decisión de inversión. Es importante señalar que invertir implica riesgos; el valor de las inversiones y los ingresos derivados de ellas pueden variar según las condiciones del mercado y los acuerdos fiscales, y es posible que los inversionistas no recuperen la totalidad del capital invertido. Tanto el rendimiento pasado como la rentabilidad no son indicadores confiables de resultados actuales o futuros.
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