Estrategia de inversión
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Puede ser difícil de creer, pero quedan menos de 50 días para que termine 2024. Para muchos de nosotros en Wall Street, estos próximos meses significan que es hora de publicar las perspectivas de inversión para el próximo año. Antes de hacerlo, hemos querido revisar cómo evolucionaron nuestras opiniones clave de nuestra edición de mitad de año 2024.
Casi seis meses después: ¿cómo nos fue?
En junio, pensábamos que la economía estaba en su mejor momento en décadas y, desde ese momento, esto es justamente lo que hemos visto. El crecimiento real del tercer trimestre en Estados Unidos se ha mantenido cerca de 3%, la tasa de desempleo ronda el 4% y la inflación ha seguido cayendo de manera significativa desde su pico en 2022. Por su parte, el crecimiento europeo parece haber tocado fondo, mientras que la manufactura mundial muestra una mejora considerable. Dicho esto, sería negligente no reconocer que ha habido algunos obstáculos en el camino, especialmente en el mercado laboral estadounidense, pero estos parecen ya haber quedado atrás.
Todo esto para decir que hemos observado cómo la economía sigue avanzando a paso firme, lo cual es todo un logro en un entorno de tasas históricamente restrictivas. Este impulso constante ha permitido a las autoridades monetarias iniciar un ciclo de flexibilización ampliamente esperado. De los 37 bancos centrales globales que monitoreamos, 27 están recortando las tasas de política, incluyendo todos los importantes, excepto Japón. Creemos que este esfuerzo global gradual y coordinado continuará y, finalmente, impulsará el crecimiento.
En Estados Unidos, en particular, vemos una fortaleza enorme de cara al futuro, ya que creemos que la Reserva Federal está recortando las tasas de política monetaria para extender el ciclo actual y asegurar un aterrizaje suave. Con las elecciones a nuestras espaldas, también anticipamos que una mayoría republicana implementará políticas favorables al crecimiento. Esto, sumado a un consumidor resistente y utilidades corporativas robustas, crea una base sólida para que los mercados avancen en 2025.
Las tasas más altas no han quebrado las economías globales, pero sí han creado focos de estrés, ya que los préstamos son costosos para empresas y consumidores. Según los principios básicos de la macroeconomía, esto puede frenar la actividad económica, al reducir la propensión general al gasto (incluyendo la contratación de trabajadores o construcción de nuevas y sofisticadas fábricas). Y, si bien puede ser una simplificación excesiva, esta relación mantiene los precios bajo control.
Como inversionistas, sin embargo, las tasas más altas crean oportunidades. En el sector inmobiliario comercial han generado una amplia dispersión en los precios y variación significativa entre sectores y regiones. Por ejemplo, los precios de las oficinas del distrito comercial central han bajado un 31% interanual, pero en las zonas suburbanas solo 4,7%, mientras que las propiedades industriales han subido 6,5%.
En este caso, las consecuencias de tasas más altas han ofrecido a los inversionistas ágiles una rara oportunidad de compra. Los gestores de fondos alternativos ya han dado la señal: La industria ha reservado 400 mil millones de dólares en capital para la inversión inmobiliaria, con 64% destinado a propiedades en Estados Unidos, la mayor proporción en dos décadas.
Creemos que es una evaluación justa, ya que la historia de la IA se ha desarrollado y evolucionado más de lo que muchos creían posible en la segunda mitad del año.
Actualmente, el gasto de capital de los “Siete magníficos” supera al de todo el sector energético y hemos comenzado a ver que esto se refleja en las utilidades (por ejemplo, el aumento de los ingresos por publicidad de Meta). Esto sugiere que es probable que éste se mantenga elevado. A medida que los aumentos de productividad se generalicen e incremente la demanda de infraestructura, esperaríamos que otros sectores también capturen este valor.
De cara al futuro, está más claro que nunca que el avance de la IA necesita las "autopistas y tuberías" adecuadas (es decir, escalables y eficientes) para prosperar. Por lo tanto, vemos la construcción de infraestructura como un enorme y, lo más importante, tangible impulso para la economía. Algunos analistas de Wall Street estiman que el gasto global en infraestructura de IA alcanzará un billón de dólares en 2028.
A medida que esta construcción avanza, nos centramos más que nunca en el amplio impacto que probablemente tendrá sobre la productividad, ahorro de costos y generación de ingresos en todas las industrias.
Si asumimos que la mitad de los trabajos vulnerables en Estados Unidos se automatizarán en los próximos 20 años, el aumento acumulado en productividad sería de casi 18% o siete billones de dólares más que la proyección actual del Producto Interno Bruto (PIB) de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés). Esta cifra es significativa y creemos que el crecimiento del PIB impulsado por la IA de los mercados desarrollados podría ser de 0,2% anual durante la próxima década.
Esto sigue siendo cierto, incluso ahora que ya sabemos los resultados de las elecciones de 2024. ¿La conclusión? Independientemente de quién haya ganado, los déficits aumentarán. Ahora que sabemos que el presidente Donald Trump estará en la Casa Blanca, podemos tener una mejor idea de hasta qué punto esto puede suceder.
Como señaló Michael Cembalest en su artículo “Mind the Gap”, las políticas del presidente Trump, tal como se han planteado, aumentarían el déficit en unos cuatro billones de dólares, pero es probable que la cifra sea más baja, dados los estrechos márgenes que tienen los republicanos en la Cámara de Representantes y Senado.
Aun así, los mercados han hablado. El brusco movimiento de los rendimientos de los bonos sugiere una política fiscal más laxa en el horizonte, lo cual también puede generar mejores perspectivas de crecimiento y resultar en un punto de aterrizaje más alto para la Reserva Federal y mayor inflación.
El conflicto ha definido en gran medida la narrativa geopolítica de la segunda mitad del año. Los conflictos armados se mantienen en niveles máximos de 80 años, con guerras activas en Oriente Medio y Europa. Como tal, la acción de los precios (particularmente del petróleo y oro) en los últimos meses ha reflejado la ansiedad e incertidumbre relacionadas con la naturaleza impredecible de estos riesgos.
Creemos que el conflicto continuo probablemente persistirá e, inevitablemente, evolucionará, pero nuestro consejo sobre cómo los inversionistas pueden estar mejor preparados no ha cambiado: La diversificación puede ayudar a mitigar el riesgo geopolítico para la mayoría. Además, la historia muestra que los eventos geopolíticos rara vez dejan un impacto negativo duradero en los mercados de acciones de gran capitalización estadounidenses.
Con gran parte de 2024 en el retrovisor, en los próximos días compartiremos nuestras perspectivas clave para 2025. Avance: Esperamos que la fortaleza solo aumente a partir de ahora.
Todos los datos económicos y de mercado son a septiembre de 2024 y proceden de Bloomberg Finance L.P. y FactSet, a menos de que se indique lo contrario.
Creemos que la información contenida en este material es confiable pero no garantizamos su precisión o integridad. Las opiniones, estimaciones y estrategias de inversión y puntos de vista expresados en este documento constituyen nuestro juicio basado en las condiciones actuales del mercado y están sujetos a cambios sin previo aviso.
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