COVID, la crisis del 2008, la burbuja de las “.com”… Analizamos cuál ha sido el antes, el durante y el después de los mercados de América Latina
Un mes tumultuoso. Si bien el año empezó bien, marzo llegó y agitó las aguas. Aunque el consumo y el mercado laboral han demostrado ser bastante resistentes, tres bancos en quiebra, la fusión de Credit Suisse con UBS y la reciente venta masiva de las acciones de Deutsche Bank han venido a desafiar la estabilidad financiera.
La noticia de que First Citizens asumiría los 72 mil millones de dólares en préstamos de Silicon Valley Bank (SVB) han proporcionado cierto alivio a los mercados. Este marzo, las acciones estadounidenses se mantuvieron estables (S&P 500 +0,5%), excepto el sector financiero (-11,8%) y los bancos regionales (Índice KBW -26%), los cuales cayeron significativamente. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos se comprimieron a lo largo de la curva (el de dos años -77 puntos básicos a 4,04%, y el a 10 años -37 puntos básicos a 3,55%) y los temores de una recesión inminente han aumentado. Por su parte, el NASDAQ 100 repuntó (+4,7%), impulsado por acciones de crecimiento (servicios de comunicación +6,5% y tecnología +5,8%) y la expectativa de que una caída de la actividad económica posiblemente implique tasas de interés más bajas.
En nuestra opinión, estamos en la última etapa del ciclo de negocio. Las cosas tienden a fallar cuando la Reserva Federal intenta frenar el crecimiento económico. Ahora creemos que la Fed podría reducir las agresivas alza de tasas, a medida que las condiciones crediticias más estrictas desaceleran la economía. Después de todo, la disponibilidad de crédito, que debería estar muy restringida a partir de ahora, es como gasolina para la economía.
Hace dos semanas, hablamos sobre el fracaso de SVB y cómo América Latina no es ajena a las crisis financieras. Mientras que en Estados Unidos éstas tienden a ser impulsadas por el sector privado, en Latino America generalmente son provocadas por desequilibrios públicos y políticas monetarias y fiscales deficientes. Sin embargo, al final, muchas han terminado de una manera similar: una retirada masiva de depósitos.
Desde la crisis del “Efecto Tequila” en México hasta “El Corralito” en Argentina, cada episodio de crisis financiera en América Latina parece tener la misma raíz: alta inflación, depreciación de la moneda local en conjunto de un sistema cambiario defectuoso, incertidumbre política y escasa liquidez en divisa fuerte. Sin embargo, dadas las diferentes situaciones económicas, quedaron lecciones importantes a través la región. Las políticas implementadas por los gobiernos para salir de ellas fueron similares: a corto plazo, tuvieron que tomar medidas para apoyar al sistema financiero (como proporcionar liquidez y contener los riesgos de contagio a otras instituciones) y a largo plazo, tuvieron que garantizar la autonomía de los bancos centrales, aumentar la cantidad de depósitos garantizados (más o menos lo que la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, FDIC, está considerando hacer en estos momentos), cambiar el sistema cambiario y endurecer las regulaciones bancarias.
En cuanto a las reacciones del mercado, queríamos hacer un análisis de lo que sucedió en los mercados latinoamericanos en el 2008 (antes y después), así como durante el “dot-com bubble” y la pandemia de COVID-19. Para ser claros, no creemos que estemos en un escenario similar al de 2008 por tres razones: los políticos tienen las herramientas para resolver la crisis financiera y los bancos más grandes son mucho más fuertes, la economía está en un lugar muy diferente y la magnitud del problema es, hasta ahora, mucho menor.
Análisis de los mercados de Estados Unidos y América Latina durante las últimas tres recesiones
Algunas conclusiones importantes:
- Las reacciones en los mercados latinoamericanos y estadounidenses tienden a seguir patrones similares. Si bien, en promedio, los mercados suelen descontar las recesiones seis meses antes de que ocurran, estas tres crisis fueron excepcionales. En general, las acciones cayeron significativamente en todas las regiones antes de cada episodio. En Estados Unidos, las acciones cayeron levemente antes de que sucedieran, pero después cayeron significativamente durante la recesión, y se dispararon considerablemente luego (excepto con el “dot-com bubble”).
Lo mismo podría decirse de México, Brasil y América Latina en general. Las acciones cayeron antes y durante las recesiones y luego se recuperaron. Curiosamente, el “dot-com bubble” duró poco en la región, ya que, si bien la renta variable cayo antes de la recesión, aumentó significativamente durante y después.
Lo mismo ocurrió con las acciones brasileñas durante la crisis financiera global, ya que subieron antes de la recesión, para después seguir el ejemplo de otras regiones: cayeron y luego volvieron a ganar algunas de las pérdidas previas.
Por lo demás, el comportamiento de la renta variable de América Latina estuvo muy en línea con el de la estadounidense, aunque con una pequeña diferencia: la beta más alta fue, en algunos casos, más evidente, ya que cayeron hasta -40% y luego volvieron a subir proporcionalmente.
Si bien algunos de esos números pueden ser alarmantes, somos inversionistas a largo plazo. En promedio, las acciones estadounidenses cayeron cerca de -8% antes de la recesión, -18% durante ésta y repuntaron cerca de +19% después. Por otro lado, en América Latina, el promedio se mantuvo casi nulo, bajó alrededor de -7% durante y luego se recuperó cerca de +23%.
- Los diferenciales, en teoría, tienden a ampliarse durante los períodos de dificultades financieras y a contraerse cuando la economía va bien. Durante el “dot-com bubble”, tanto los diferenciales mexicanos como los brasileños se ampliaron antes de la recesión real, pero, curiosamente, se contrajeron significativamente mientras ocurría (y también posteriormente en el caso de los brasileños). Por otro lado, durante la crisis financiera global y la pandemia, se dispararon antes y durante la desaceleración económica, pero luego recuperaron algunas de las pérdidas.
En general, los diferenciales latinoamericanos se ampliaron levemente antes de la recesión, luego se ampliaron aún más durante la misma (en promedio 111 puntos básicos) y, finalmente, revirtieron algunas de las pérdidas, al contraerse unos 100 puntos básicos en promedio.
- El peso mexicano y el Real Brasilero, particularmente, fueron afectadas indirectamente durante las tres recesiones, ya que los inversionistas buscaron divisas de refugio seguro, en concreto al dólar. En el caso del peso mexicano, la moneda se apreció ligeramente luego de la recesión, cuando fue de nuevo buscada para obtener un mayor carry, especialmente después de COVID-19. Por otro lado, el Real Brasilero se apreció antes de la crisis financiera global, depreció ligeramente durante la misma y repuntó después. Y, durante la pandemia, se apreció significativamente antes, durante y después.
Dicho esto, las monedas locales en Brasil y México se vieron profundamente afectadas en las tres recesiones, ya que se depreciaron significativamente antes y durante (en promedio ~20%) y luego solo experimentaron una ligera apreciación (en promedio ~5%).
Definiciones de índices
El Standard and Poor's 500, o simplemente el S&P 500, es un índice bursátil que sigue el rendimiento de las acciones de 500 grandes empresas que cotizan en las bolsas de valores de los Estados Unidos. Es uno de los índices bursátiles más seguidos.
El Nasdaq-100 es un índice bursátil compuesto por 101 títulos de renta variable emitidos por 100 de las mayores empresas no financieras que cotizan en la bolsa de valores Nasdaq. Es un índice ponderado por capitalización modificado.
El Stoxx Europe 600 Index se deriva del Europe Total Market Index de STOXX y es un subconjunto del popular Stoxx Global 1800 Index. Tiene un número fijo de 600 componentes, que representan empresas de pequeña, mediana y gran capitalización de 17 países de Europa: Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, España, Suecia, Suiza y el Reino Unido.
El índice MSCI China se construye sobre la base del universo integrado de renta variable de China incluido en el índice de mercados emergentes de MSCI, lo que proporciona una definición estandarizada del conjunto de oportunidades de renta variable de China. El índice tiene como objetivo representar el rendimiento de los segmentos de capitalización grande y mediana con acciones H, acciones B, fichas rojas, fichas P y cotizaciones extranjeras (por ejemplo, ADR) de acciones chinas. Las acciones A de China se incluirán parcialmente en este índice, lo que lo convierte en el índice de facto para toda China. Se puede utilizar como índice de referencia de China para los inversores que utilizan el índice MSCI ACWI o el índice MSCI EM como índice de referencia de política.
El índice MSCI Argentina está diseñado para medir el desempeño de los segmentos de alta y mediana capitalización del mercado argentino. Con 7 componentes, el índice cubre aproximadamente el 85% del universo de renta variable argentina.
El índice MSCI México está diseñado para medir el desempeño de los segmentos de alta y mediana capitalización del mercado mexicano. Con 23 componentes, el índice cubre aproximadamente el 85% de la capitalización de mercado ajustada por flotación libre en México.
El índice MSCI Emerging Markets(EM) se lanzó en 1988 e incluía 10 países con una ponderación de alrededor del 0,9 % en el índice MSCI ACWI. Actualmente, captura 24 países en todo el mundo y tiene un peso del 12% en el índice MSCI ACWI. Construido de acuerdo con la metodología MSCI Global Investable Market Indexes (GIMI), el índice MSCI EM está diseñado para reflejar dinámicamente la evolución del conjunto de oportunidades de los mercados emergentes y para ayudar a los inversores a satisfacer las necesidades de asignación de activos globales y regionales.
El Índice MSCI Perú está diseñado para medir el desempeño de los segmentos de alta y mediana capitalización del mercado peruano. Con 3 componentes, el índice cubre aproximadamente el 85% del universo accionario peruano.
El índice MSCI EM Latin America 10/40 está diseñado para medir el desempeño de los segmentos de alta y mediana capitalización en 5 países de mercados emergentes (EM)* en América Latina. Con 90 componentes, el índice cubre aproximadamente el 85 % de la capitalización de mercado ajustada por flotación libre en cada país. Los índices de renta variable MSCI 10/40 se diseñan y mantienen diariamente para tener en cuenta las restricciones de concentración del 10 % y el 40 % en los fondos sujetos a la Directiva UCITS III.