En este contexto de incertidumbre política global, ¿qué elementos tienen que tener en cuenta los inversionistas para tener una cartera bien equilibrada?
El entorno económico ha continuado su deterioro (los datos preliminares de octubre de los índices de Gerentes de Compras o PMI, por sus siglas en inglés, entraron en territorio de contracción) y los fundamentos no parecen respaldar ningún repunte. Los inversores estaban actuando con cautela. Dicho esto, todo se derrumbó después de que la Fed elevara la tasa en otros 75 puntos básicos hasta el 4% por primera vez desde 2007, lo que llevó el cambio acumulado en la tasa de política a 375 pb en el transcurso de solo 8 meses. Como era de esperar, las acciones cayeron y los rendimientos de los bonos aumentaron el día del anuncio. Si bien los mercados ya se esperaban el aumento, la Fed señaló que seguirán elevando las tasas, pero a un ritmo un poco más lento y deliberado. No es exactamente lo que nosotros (y los mercados) esperábamos, ya que implica que las tasas podrían subir más.
En otras partes del mundo, la situación sigue siendo incierta. En el Reino Unido, Rishi Sunak se convirtió recientemente en primer ministro, el primero de origen hindú y el primer ministro más joven desde 1812. Los mercados tomaron la noticia con calma: el Stoxx Euro 600 subió (2,5%), mientras que los rendimientos del Gilt a 10 años (-41 puntos básicos) cayeron a 3,39%.
En América Latina, las recientes elecciones de Brasil han acaparado buena parte de la atención. La victoria de Lula por un estrecho margen hizo que Bolsonaro tardara más de lo previsto en admitir públicamente su derrota—si bien, finalmente, lo hizo. A pesar del desempeño más débil de toda la semana posterior, Brasil ha superado significativamente al resto de la región, seguido de Colombia y Perú, probablemente impulsado por valoraciones baratas y un entorno global más optimista. Desde una perspectiva cambiaria, solo el MXN y el BRL se han apreciado este mes, mientras que la mayoría de los diferenciales se han estrechado.
A pesar de una percepción aparentemente optimista en los mercados latinoamericanos, el fin del dinero fácil y la transición hacia un nuevo paradigma global para las proyecciones económicas y mercados financieros previsiblemente acabarán afectando.
“Geopolítica” = la palabra clave
Como hemos visto en los últimos meses, la era del dinero fácil y la geopolítica amistosa parece que ha venido a su fin. Una ráfaga de nuevas preocupaciones acapara ahora el centro de atención: incertidumbre económica, tasas de interés más altas y, sobre todo, intrigas políticas.
Desde la guerra de Rusia contra Ucrania hasta las debacles de los primeros ministros del Reino Unido, existen numerosos ejemplos de cómo el nuevo paradigma ha permeado al sistema. Hace tan solo unos años, se podía elegir casi cualquier activo y estar seguro de que, con un financiamiento a costo cero, los retornos serían positivos. Ahora, la certeza no es tal y está obligando a los inversionistas a repensar una cartera bien equilibrada y cubierta no solo en términos de clases de activos, sino también de regiones. La geopolítica va a impulsar una inflación estructuralmente más alta, tanto por el aumento de los precios de los insumos (petróleo y alimentos) como de los salarios (menor inmigración). Aunque los bancos centrales de los mercados desarrollados esperan llevarla de vuelta al objetivo, el futuro posiblemente nos depara un largo viaje de tasas más altas.
Los ejemplos abundan y algunos son de América Latina. Recientemente, hemos visto cómo el mercado ha fluctuado con las noticias políticas y, si bien el tiempo para recuperarse duró poco, es claro que esta vez los movimientos han estado relacionados con la retórica política.
Caso 1: Brasil
En Brasil, la historia demuestra que los mercados anticipan, al menos con seis meses de adelanto, la volatilidad política. Sin embargo, los activos tienden a recuperarse casi por completo seis meses después de las elecciones. Alguien pensaría que entonces no pasa nada, ¿no?
La verdad es que Brasil ha tenido una respuesta muy favorable a las elecciones presidenciales de este año. A pesar de la incertidumbre previa a las elecciones, los mercados reaccionaron de manera positiva después de la primera ronda, y, de hecho, se dispararon tras los resultados de la ronda final. A pesar de que inicialmente se esperaba una reacción negativa ante el posible escenario de que Lula ganara la convocatoria electoral, el hecho de que haya un estancamiento legislativo y una mayor representación de la derecha de Bolsonaro tanto en el Congreso como en las elecciones estatales previsiblemente, va a jugar como contrapeso al poder federal. Además, dada la fragmentación en el gobierno, si Lula va a tener que ganar el apoyo de algunos políticos de centro para ir aprobando legislación. En todo caso, desde la ronda final, el mercado de renta variable se ha apreciado cerca de un 6 %, mientras que la divisa ha subido casi un 4 % y los diferenciales soberanos se han comprimido c.9pb.
Caso 2: Colombia
Así como en Brasil, los activos financieros en Colombia han registrado, en promedio, retornos negativos en los meses previos a las elecciones presidenciales. Sin embargo, después las citas electorales los mercados colombianos no se recuperan sino que, incluso, caen aún más.
Hace poco, Colombia eligió a su primer presidente de izquierda y los mercados no lo tomaron del todo bien. Hasta ahora, el discurso de Gustavo Petro se ha centrado principalmente en promesas populistas que implican un aumento significativo del gasto público futuro. Y, lo que es aún más relevante, su compromiso de “no más petróleo” ha impactado profundamente a la principal y más grande compañía petrolera del país, así como a muchas otras. Si bien las valuaciones ciertamente hacen atractivo al mercado colombiano, muchos inversionistas están prefiriendo mantenerse al margen hasta tener una mayor visibilidad sobre hacia dónde van las políticas gubernamentales.
En general, si bien los presidentes no dictan cómo responderán los mercados, sus políticas sí lo hacen. Por lo tanto, a medida que la era del dinero fácil llega a su fin y el “nuevo paradigma” adquiere más relevancia, esperamos ver un impacto aún mayor de la política en los mercados de capitales y economía en general. Si bien el valor puede ser atractivo de momento, los inversionistas deben ser especialmente cautelosos para anticipar baches en un mercado en el que la liquidez ya no es ilimitada.