El resultado más probable es un gobierno dividido, lo cual podría indicar poco gasto adicional y un impacto limitado en sectores críticos.
Pieter Clerger, Markets Economist
Jacob Manoukian, U.S. Head of Investment Strategy
Jordan Sprechman, Practice Lead, U.S. Wealth Advisory
Muchos inversionistas están comenzando a agregar las elecciones de medio término de noviembre en Estados Unidos a una lista de preocupaciones—donde ya estaban la desaceleración económica, la inflación elevada y la volatilidad de los mercados.
La historia demuestra que las políticas públicas eclipsan a la política, ya que el ciclo económico suele ser el que impulsa a los mercados y retornos de las inversiones a largo plazo. Dicho esto, nos vamos a enfocar en:
- El resultado esperado de las elecciones (un gobierno dividido)
- Implicaciones para el mercado de acuerdo al resultado esperado (probablemente limitadas)
- Temas con consenso bipartidista y sectores a los que impactan (hay varios)
- Respuesta probable de política fiscal en caso de recesión (probablemente poca con un gobierno dividido)
- Implicaciones para la inversión
Perspectiva electoral: un gobierno dividido
Las predicciones electorales apuntan a que los republicanos recuperarán el control de la Cámara de Representantes, mientras que la lucha por el Senado va a estar mucho más ajustada.
Si miramos los patrones históricos, los demócratas estarían abocados a perder las próximas elecciones—si bien ahora mismo controlan ambas cámaras del Congreso por márgenes muy estrechos. Desde la Segunda Guerra Mundial, el partido a cargo después de la elección de un presidente nuevo ha generalmente perdido, en promedio, 12 escaños en la cámara y uno o dos en el Senado en las elecciones de medio término. Si esta tendencia permanece, los republicanos estarían tomando el control de ambos.
La alta inflación (incluso si ya pasó su punto máximo) ha perjudicado a los demócratas y perpetuado la percepción de que estos son peores en la gestión de la economía. A medida que se amplíe la desaceleración inducida por la Reserva Federal, estas percepciones podrían ser aún más negativas.
Sin embargo, los demócratas aún podrían hacerlo mejor de lo que sugieren los ciclos electorales anteriores. Pueden ganar espacio en temas sociales (especialmente en relación con el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre el aborto) y beneficiarse de la debilidad percibida de los candidatos republicanos en ciertas áreas clave, especialmente en el Senado.
El aumento de la inflación ha afectado la confianza de los consumidores
Qué significan las elecciones de medio término para los mercados
Independientemente de los resultados de las elecciones, los datos históricos sugieren que la política apenas afecta a los retornos de las inversiones a largo plazo. Si bien es probable que aumente la volatilidad del mercado a medida que se acerca noviembre, no existe una relación clara entre quién controla el Congreso o la presidencia y el desempeño del mercado.
La historia demuestra que no existe una relación clara entre quién controla el Congreso o la presidencia y el desempeño del mercado
Impacto sectorial: defensa, cadenas de suministro, China
Si bien es probable que los mercados más amplios hagan caso omiso de las elecciones, hay políticas públicas y temas en debate que serán importantes para ciertos sectores. Los últimos dos años pueden ser un buen indicador de lo que sucedería si los demócratas pudieran retener el control del Congreso (por un margen estrecho): la continuación de una versión diluida de la agenda del presidente Biden, con enfoque en gasto social y lucha contra el cambio climático.
Pero la realidad es que se espera un gobierno dividido. En ese contexto, vamos a ver algunos de los temas que tienen apoyo bipartidista y las implicaciones que podrían tener en ciertos sectores económicos.
Las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania han estimulado el apoyo para aumentar el gasto en defensa y asegurar las líneas de suministro consideradas críticas para la seguridad nacional. De hecho, muchos en la derecha e izquierda ven la crisis energética de Europa como un presagio de lo que podría suceder si no se toman medidas para reducir la dependencia de Rusia y China para suministros clave. Por ejemplo, la Ley de Ciencia y CHIPS, aprobada por el Congreso con apoyo bipartidista, proporciona incentivos para la producción nacional de semiconductores de importancia crítica.
Esperamos que tanto los demócratas como los republicanos respalden políticas que contengan una creciente influencia china. Dice mucho el hecho que el reciente viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán tuviese un raro apoyo bipartidista. Este año, la propuesta de presupuesto del presidente Biden pedía un aumento significativo en el gasto de defensa con el objetivo explícito de contrarrestar el aumento de los gastos militares de China.
Mientras tanto, la Ley de Reducción de la Inflación contiene disposiciones destinadas explícitamente a reducir la dependencia de Estados Unidos de China para la producción de componentes de energía limpia. La ciberseguridad es otro sector que podría recibir apoyo bipartidista.
Más allá de los temas que cuentan con el apoyo de todos, la capacidad de Biden para promulgar cambios frente a un Congreso controlado por los republicanos, o incluso dividido, probablemente se limitará a lo que pueda hacer a través de órdenes ejecutivas y acciones regulatorias. Incluso con éstas, el presidente puede estar limitado, debido a que la Corte Suprema de Justicia tiene mayoría conservadora. El resultado de los desafíos legales al programa de condonación de préstamos estudiantiles puede servir de ejemplo, ya que muestra hasta qué punto se pueden usar órdenes ejecutivas bajo la Corte actual.
Perspectiva de la política fiscal: menos resistencia, poco gasto nuevo
Un gobierno dividido tiene implicaciones para los gastos importantes (o la falta de ellos).
Una inflación más alta junto con un gobierno probablemente dividido significa que es poco probable que veamos grandes paquetes de desembolsos similares a la legislación promulgada en 2020 y 2021 (salvo que ocurra otra catástrofe de la magnitud de la pandemia). Es posible que el estancamiento tampoco produzca cambios materiales en el frente fiscal (personal o corporativo). Si bien esta contracción del gasto ayudará a reducir la inflación, la mayor parte de la carga fiscal ha quedado atrás, lo que ha resultado en menos consumo entre las personas de bajos ingresos—que fueron los receptores de buena parte de estímulos por COVID-19.
La óptica de una carga de deuda creciente significa que la Ley de Reducción de la Inflación probablemente será el último paquete fiscal importante en el futuro previsible. Esta ley en sí tendrá poco impacto sobre los precios, la deuda y el déficit (lo que equivale a un gasto neto de ~0,1% del Producto Interno Bruto, PIB, durante los próximos 10 años si utilizamos un promedio simple).
Sin embargo, las previsiones recientes de deuda/déficit apuntan, a pesar de todo, a una deuda creciente. Las proyecciones actualizadas de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) para la deuda fiscal y el déficit apuntan a que los desembolsos de intereses netos se duplicarán con creces, de 1,6% a 3,3% del PIB para 2032.
No creemos que el aumento de la carga de la deuda tenga un efecto desestabilizador en la economía, ni que afecte el estatus del dólar estadounidense como la principal moneda de reserva del mundo. En todo caso, la respuesta fiscal y monetaria sin precedentes a la pandemia demostró que el gobierno de Estados Unidos tiene mucho espacio para pedir prestado.
También queremos precisar un punto técnico importante: las proyecciones de la OPC asumen que las tasas de interés serán más altas sostenidamente que el rango posterior a la crisis financiera mundial (por ejemplo, de 3,8% a 10 años para 2027). Esto tendrá el efecto de aumentar la deuda del gobierno y gasto neto por intereses. Aun así, la óptica de números más altos puede presionar a los legisladores a limitar el gasto.
La oficina de presupuesto del congreso espera un gasto de interés neto más alto, y ejerce presión sobre los legisladores para que lo controlen
La conclusión: no anticipamos ninguna acción importante de política fiscal hasta después de las elecciones presidenciales de 2024. El camino de la política monetaria será mucho más importante para los mercados. Por esto mantenemos nuestro enfoque en la Reserva Federal y los datos económicos. Dejamos de lado la política.
Implicaciones para la inversión
La volatilidad del mercado probablemente va a aumentar a medida que se acerque el día de las elecciones. Algunos se verán tentados a tomar decisiones de inversión por motivos políticos. Seguimos haciendo hincapié en no permitir que la política informe las decisiones de inversión, especialmente en el actual entorno altamente partidista en el que las opiniones pueden afectar significativamente las percepciones de la economía. Con un gobierno dividido, las políticas de impuestos y gastos de gran alcance que mueven al mercado, así como los cambios regulatorios, probablemente estarán fuera de la mesa. Puede ser más útil centrarse en las áreas afectadas por la Ley de Reducción de la Inflación y el impulso más amplio para apuntalar la defensa nacional y seguridad económica. Esto incluye a sectores y temas como energía limpia, defensa y ciertos industriales. Recuerde: con o sin elección, la volatilidad es normal y permanecer invertido es la mejor decisión a largo plazo.