En la planificación sucesoria, la comunicación y la transparencia son fundamentales para evitar los problemas a los que se enfrenta el imperio mediático de los Roy en Succession
Succession, el fenómeno televisivo de HBO, narra las batallas libradas en la transmisión del imperio mediático de la familia Roy, en un análisis tenso y brillante de una planificación sucesoria mal llevada. Mientras los hermanos Kendall, Roman y Shiv compiten por ser ungidos como líderes del grupo Waystar-Royco, propiedad de su padre, la serie disecciona los egos y las lealtades en un guion inteligente que retrata las luchas internas envenenadas y los turbios conflictos psicológicos estrechamente interrelacionados en un aparente juego de suma cero.
Por supuesto, el producto de la imaginación dramática de los directores de la serie, Jesse Armstrong y Mark Mylod, no es precisamente aspiracional. Aunque se dicen grandes verdades, en realidad éstas actúan como elementos disuasorios en esta sucesión tan mal gestionada, minuciosamente concebidos con una finalidad artística y de entretenimiento. Tras el explosivo final de la serie, hemos optado por ofrecerles una visión más realista.
Antes de comenzar, es necesario señalar que no todas las familias quieren o necesitan un proceso de sucesión. Es posible que algunos prefieran que personas ajenas a la familia tomen las riendas de la compañía o la dirección del family office, permitiendo a la familia asumir el papel de propietarios accionistas en el gobierno de la sociedad. Otros pueden decidir no transmitir todo su patrimonio a sus hijos y nietos. Otros tal vez opten por donar la mayor parte de su patrimonio a proyectos filantrópicos mientras que otros podrían decidir transmitir la propiedad de la empresa a sus trabajadores o a una fundación creada a estos efectos – como Yvon Chouinard en Patagonia.
Para quienes desean mantener la mayoría o alguna parte de su patrimonio en manos de la familia, la historia de los Roy plantea la pregunta de cómo organizar un “buen proceso sucesorio”. Muchos de nuestros clientes definen el éxito como la conservación de sus activos financieros, acumulados para servir los objetivos definidos por la familia. Quieren que las personas prosperen, que las relaciones familiares sean sanas y poder apoyar las causas y las comunidades que les importan. Entre la vorágine de emociones presente en cualquier familia, ¿qué se puede hacer para lograr estos objetivos?
Planificación patrimonial familiar: bases sólidas
Hace poco, estuve hablando con una socia de un fondo de private equity importante. Ella y su marido estaban contemplando cuál sería el futuro de sus activos financieros.
Expresándose con franqueza, me comentaron su deseo de tratar a sus hijos siguiendo un criterio de igualdad en cuestiones de dinero.
Yo aporté mi granito de arena analizando los matices que implica el trato “equitativo”. En pocas palabras, resulta difícil gastar importes enteramente equivalentes en cada hijo. Cuando las necesidades y las elecciones de los hijos varían, las soluciones tienden a ser más personalizadas y, en consecuencia, los resultados serán por naturaleza desiguales.
La elección de carrera profesional dicta el potencial de ingresos futuros. Las distintas personalidades necesitan enfoques diferentes, como también las necesidades de salud. Para gestionar eficazmente estas diferencias, las familias de éxito subrayan la importancia de valorar a cada uno, del amor y de la colaboración. Resulta esencial que cada hijo se sienta aceptado por ser quién y cómo es. Y, lo que tal vez resulta aún más importante, hay que animar a los hermanos a trabajar juntos, ya que así se refuerzan los cimientos de las relaciones futuras.
—Ya veo —observó mi cliente—, no es tanto un tema de normas como de relaciones.
Antes incluso de considerar la complejidad de las transmisiones de activos, resulta fundamental la fortaleza de la estructura familiar subyacente. La creación de una unidad que promueva los vínculos y la cooperación entre sus miembros asegurará la longevidad de la dinastía. Después de todo, son los seres humanos los que hacen operativo este proceso. Las cuentas bancarias y las ideas de inversión pueden gestionarse fácilmente con la ayuda de profesionales, pero unos lazos familiares estrechos sirven como anclaje que refuerza la estructura y la estabilidad de todo lo demás.
En la mayoría de las familias es previsible que existan fricciones. Por eso resulta fundamental mantener un espacio abierto, donde puedan reconocerse y resolverse todas las cuestiones. Por otro lado, no todos los conflictos se refieren al mundo de los negocios o al dinero. Siempre puede producirse un choque entre personalidades –como también entre ideales y perspectivas diferentes.
No es fácil hablar de dinero. Puede que a los padres les preocupe que los miembros más jóvenes de la familia desarrollen una mentalidad desagradecida, y que esta falta de humildad genere un sentimiento de arrogancia. Podría inquietarles la capacidad de las nuevas generaciones para cubrir puestos de liderazgo o posiciones de autoridad en la empresa o family office en el futuro. Puede incluso que oculten por completo el funcionamiento de su empresa a sus hijos, hijas o sobrinos, con la intención de excluirlos completamente del patrimonio, o de “protegerlos” del mismo.
Para los miembros más jóvenes de la familia, la cuestión de la equidad siempre entrará en el debate. ¿Se está tratando la distribución de las empresas, activos y responsabilidades de forma transparente? Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los hijos es la percepción de injusticia. Por otro lado, el temor a no estar a la altura de expectativas también puede ser una fuente de malestar, al igual que la adaptación repentina al acceso a una enorme cantidad de capital sin preparación previa.
Si intentamos salvar las distancias que separan a las generaciones, podremos aumentar la empatía y la comprensión. Los retiros y las vacaciones familiares periódicas pueden fomentar la confianza y la buena voluntad, como también las comidas familiares habituales y el hecho de compartir actividades como el voluntariado. Antes de abrir las puertas de la sala de juntas, un entorno interpersonal positivo favorecerá a la familia y facilitará la planificación patrimonial.
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Planificación patrimonial familiar: un patrimonio con un propósito
Muchos de nuestros clientes expresan el deseo de hacer crecer la cartera de inversión de su familia. La pregunta real es: ¿para qué? ¿Cómo puede la transmisión de su patrimonio ayudar a su familia a prosperar? ¿Qué funciones debería tener, y cómo puede beneficiar a las causas y a las comunidades que le importan?
Trazar una visión garantiza que todos permanezcan alineados y que, por extensión, se sientan inspirados a la hora de administrar los activos. La tragedia de los Roy se debe, en gran parte, a un ciclo de validación y reconocimiento de derechos que les aboca a un enfrentamiento para lograr la supremacía y el control. Sin encontrar su propósito de vida en una pasión o un interés genuinos, siguen atados a una idea intangible de lo que debería ser su posición –dejando de lado actividades más significativas, o incluso ignorándolas por completo.
Con una familia a la deriva y sin rumbo, esta rotación se repite hasta la saciedad. Animados por su padre y pinchándose los unos a los otros, las envidias se agudizan a medida que los tejemanejes se vuelven cada vez más retorcidos, lo que pone de relieve una observación importante. Sin una estimulación y un enfoque sinceros, el dinero pasa a convertirse en un proyecto vacío. Privados en última instancia de claridad, dirección y voz, las rivalidades dentro de la familia acaban anulando cualquier utilidad.
Conviene recordar que la clave de la planificación financiera familiar es mantener la perspectiva, y trazar un propósito claro a la hora de distribuir los activos financieros. Es preferible elaborar este plan junto con los hijos, que estarán de este modo preparados para recoger el testigo.
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Una transición patrimonial efectiva: buena comunicación
Para que las transiciones patrimoniales resulten prácticas, deben identificarse los objetivos de forma clara y concisa. ¿Cómo empoderará la herencia a los miembros de la familia, para evitar el resentimiento y estimular las alianzas? ¿Qué roles pueden aprobarse dentro de la familia para lograr esta visión? En situaciones tan complejas como esta, la comunicación resulta esencial.
Una vez generado un espíritu constructivo, podrá construirse sobre esa base. La inacción tiene consecuencias, y el silencio puede llenarse con especulaciones y habladurías. La falta de comunicación puede mitigarse con actualizaciones periódicas que alumbren un discurso honesto y transparente.
Mediante un proceso equitativo, las reuniones familiares pueden fomentar la comprensión entre familiares con personalidades, edades y experiencias distintas, permitiendo resolver los desacuerdos. Terceros independientes de confianza pueden ayudar a facilitar conversaciones, proporcionando una perspectiva neutral a la hora de proponer posibles soluciones.
Una de nuestras familias clientes se reúne trimestralmente para recibir actualizaciones de la situación del family office, analizando la naturaleza de sus inversiones, estructuras y compromisos filantrópicos. Además, cada año llevan a cabo retiros anuales donde se reúnen los cónyuges, los nietos y los hijos de la pareja. Una sesión de cuatro días incluye conversaciones sobre la empresa en los que participa la familia inmediata, así como otras reuniones con ponentes invitados (por ejemplo, consultas con expertos sobre previsiones económicas en general, o paneles sobre temas de ciberseguridad), en las que puede participar la familia más extensa, para aprender. Se dedica a tiempo a realizar excursiones guiadas y a compartir comidas y cenas y, en esta inmersión, se consolidan las relaciones y se refuerza el trabajo en equipo.
A diferencia de Logan Roy, un padre reflexivo mantendría la vista puesta en el futuro, animando a su familia a trabajar juntos, exponiéndoles a los entresijos de su empresa de forma más comedida. Una parte de una transición patrimonial efectiva es la comunicación escalonada de los asuntos familiares, ya que esto permite a sus miembros aprender y adaptarse a lo largo del tiempo. Normalizar la cooperación siempre es constructivo, ya que permite dotar a la familia de las capacidades necesarias y de una perspectiva equilibrada. Imagínese lo distinto que sería Succession si los hermanos se apoyarán los unos a los otros y a la empresa en general…
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Una transición patrimonial efectiva: equipados y educados
Durante toda la serie de Succession, Logan Roy continúa siendo una fuerza de la naturaleza que desprecia a sus hijos y sus aspiraciones.
—Os quiero, pero no sois gente seria — decreta, dirigiendo su imperio sin ningún deseo de compartir el poder.
En su reino de sospechas y conspiraciones, rara vez se proponen, y mucho menos se alcanzan concesiones. Los implicados tienen que sobrevivir o ahogarse, y la mayoría se ahogan.
Por otro lado, atar todo el patrimonio en fideicomisos sujetos a control puede enviar un mensaje subliminal negativo. En resumen, no hay que ocultar información a la familia. Es mejor dotarles de los conocimientos necesarios para que las conversaciones importantes puedan ser transparentes e inclusivas. Los cursos y las aulas pueden resultar instructivos, pero considere también la labor de mentores, prácticas laborales y el amplio espectro de los recursos educativos.
Las ventajas de un intercambio mutuo beneficioso no deben limitarse a los negocios. Los mismos principios pueden ser igual de valiosos para el gobierno corporativo. Las familias son más proclives a participar cuando están preparadas desde una perspectiva comercial y financiera, y es mucho más probable que se impliquen si conocen los detalles de lo acordado. Todo esto comienza por la educación.
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