Estrategia de inversión
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Nuestra perspectiva para 2025 exploraba las dinámicas clave que creíamos que definirían el año venidero para los inversores. No han faltado novedades ni datos que respalden o cuestionen las opiniones que teníamos en diciembre de 2024.
Aquí, en nuestra actualización de las perspectivas del primer trimestre, nos centramos en tres de esas dinámicas para plantearnos qué ha cambiado, qué se ha mantenido igual y, lo más importante, qué significa para usted y su cartera. En este momento, los mercados de valores han caído debido a las inquietudes en torno a las recientes amenazas de aranceles de Estados Unidos que en la práctica trastocarían ocho décadas de política comercial. Independientemente de lo que suceda en el frente arancelario —y estamos preparados para una montaña rusa—, la incertidumbre en torno a la política parece ser un aspecto que será permanente.
Hacemos una última observación antes de profundizar. En un momento de incertidumbre política y de elevado riesgo geopolítico —un entorno que prevemos que prevalezca durante algún tiempo—, fortalecer la resiliencia de la cartera puede ayudarle a alcanzar sus objetivos patrimoniales en diferentes entornos económicos.
En nuestras perspectivas para 2025, argumentamos que una flexibilización de la política económica mundial, definida por unos tipos de interés más bajos en Estados Unidos y Europa y un apoyo fiscal continuado en China, sería positiva para los mercados financieros. A pesar de la persistente inflación en Estados Unidos, creemos que el ciclo de flexibilización global sigue su curso.
En Estados Unidos, la inflación se acerca al 3%, si bien las señales de excedentes en el mercado de trabajo son muy limitadas. La tasa de abandono y la tasa de contratación se encuentran en niveles de 2016, mientras que el crecimiento de los salarios continúa moderándose. Si existe un riesgo, es que la incertidumbre en torno a los aranceles impulse las expectativas de inflación. Las encuestas de hogares estadounidenses ya muestran algunas señales de crecientes expectativas de inflación, si bien la señal del mercado de bonos y de los analistas profesionales resulta mucho más moderada.
En Europa, el contexto de crecimiento e inflación no ha sido un obstáculo para la flexibilización de la política monetaria. A principios de marzo, el Banco Central Europeo (BCE) redujo su tipo de interés oficial en 25 puntos básicos (pb), al 2,5%. Esperamos ver una mayor flexibilización paulatina ya que el crecimiento europeo de los salarios parece haberse desacelerado desde un ritmo de casi el 5,5% en el tercer trimestre de 2024 al 3,5% en el primer trimestre de 2025.
China continúa desinflando la burbuja de su sector inmobiliario y busca limitar el daño económico flexibilizando las condiciones crediticias para las entidades financieras. Hasta ahora, los esfuerzos de los responsables de política monetaria han sido fragmentados, pero suficientes para estabilizar el crecimiento.
En general, es de suponer que la tendencia flexibilizadora de los tres principales bloques económicos siga apoyando el crecimiento económico, los beneficios corporativos y los mercados de bonos.
En diciembre, auguramos que la inversión corporativa se aceleraría, impulsada por compañías que buscan una ventaja en la carrera de la inteligencia artificial (IA). Hasta ahora, la tesis de la IA va por buen camino, pero el efecto de la IA está entrando en una nueva fase.
Los cuatro "hiperescaladores" (Microsoft, Alphabet, Amazon y Meta) han aumentado sus estimaciones de inversión en inmovilizado un 30% (70.000 millones de USD) desde el verano pasado. De hecho, Nvidia, que fabrica los chips de última generación en los que se basan los modelos de IA, registró recientemente una tasa de crecimiento interanual de los ingresos del 70%. Sin embargo, el mercado se ha vuelto más escéptico con respecto al gasto a gran escala,
lo cual se debe en gran medida a que DeepSeek, la célebre startup china de IA, demostró que podía crear un modelo de IA potencialmente competitivo a un menor coste y con menor intensidad energética que los modelos existentes. Sin embargo, los hiperescaladores estadounidenses y compañías como OpenAI y Grok todavía tienen incentivos para desarrollar un modelo de IA que pueda entrenarse a sí mismo.
Si bien la revelación de DeepSeek sacudió algunas de las ramas periféricas de la inversión en IA, nos da más confianza en nuestra tesis de que es probable que la IA sea una tecnología que cambie las reglas del juego para la economía global. De hecho, numerosos modelos de IA siguen actualmente niveles propios de doctorado, mientras que los costes han disminuido casi un 100% con respecto a hace dos años. Históricamente, la disminución de los costes en las tecnologías emergentes ha favorecido una mayor adopción y enormes ventajas de productividad. Pensemos en los ferrocarriles y los rascacielos según disminuyeron los costes del acero, en los viajes en avión a medida que mejoraron la tecnología aeronáutica y la eficiencia del combustible, y en el software según los semiconductores se abarataron.
Es probable que DeepSeek permita que más regiones, sectores y acciones participen en cualquier alza impulsada por la IA. Si bien las acciones de las "Siete magníficas" se han desplomado durante las recientes oleadas de ventas del mercado, observamos que los sectores tecnológicos europeo y chino han superado considerablemente al estadounidense en lo que va de año y están comenzando a recuperarse del bajo rendimiento registrado desde el lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022. En nuestra opinión, la rentabilidad del sector de la IA comenzará a transferirse de los proveedores de infraestructuras a los beneficiarios finales. Nos centramos en las capas de software y aplicación para nuevas inversiones.
En un primer momento, los mercados consideraron que la victoria de Donald Trump sería proclive al crecimiento y favorable para el mercado de capitales, y los inversores aplaudieron la promesa de recortes de impuestos y desregulaciones. Las rentabilidades de los bonos y del sector financiero, en particular, las sociedades de 'private equity', se dispararon entre el día de las elecciones y el día de la toma de posesión. Sin embargo, el mercado ahora alberga una visión muy diferente acerca del segundo mandato de Donald Trump. La principal preocupación de los inversores es la siguiente: el potencial de los aranceles y una posible guerra comercial que impulsen la inflación y restrinjan el crecimiento económico.
La administración Trump aspira a aumentar los ingresos fiscales vía aranceles y reducir el gasto público con el Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE). Sin embargo, la evolución del mercado sugiere que el éxito de estos objetivos se antoja lejano. Las rentabilidades de la deuda pública estadounidense a diez años alcanzaron su máximo en torno el día de las elecciones y desde entonces han disminuido unos 50 pb. La curva de rentabilidades se ha aplanado sustancialmente y los sectores “alineados con la administración”, como el 'private equity', han tenido un rendimiento relativo negativo. La confianza de los consumidores tampoco ha logrado mantener el impulso inicial derivado de la elección de Trump. El S&P 500 ha caído casi un 10% desde sus máximos anteriores.
La confianza de los inversores podría mejorar con un mayor enfoque en el paquete de conciliación presupuestaria que los republicanos del Congreso están impulsando en la Cámara de Representantes y el Senado. Los datos aún son escasos. Sin embargo, la resolución presupuestaria de la Cámara señala que se prorrogarán la mayoría de las disposiciones de la Ley de empleos y reducción de impuestos de 2017, compensadas por importantes recortes del gasto en Medicaid, entre otros programas. Si el proceso de conciliación es fluido y los inversores concluyen que las rebajas de impuestos pueden estimular el crecimiento sin disparar el déficit, los mercados podrían cobrar un segundo impulso.
En Europa, percibimos el comienzo de un nuevo régimen. Los líderes europeos se reunieron para elaborar un plan de paz y construir una "coalición de dispuestos" para Ucrania a raíz de la polémica reunión en el despacho oval entre el presidente Trump y su homólogo ucraniano Volodímir Zelenski.
Al debilitarse la alianza transatlántica, los países europeos están tomando medidas para aumentar aún más su gasto en defensa y garantizar su propia seguridad. A principios de marzo, el que probablemente será el nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, líder de la Unión Democrática Cristiana (CDU), reveló un plan para eximir el gasto en defensa del mecanismo de freno de la deuda alemana. También anunció una inversión de 500.000 millones de USD en infraestructuras. “Haremos todo lo que sea necesario1 (por la defensa de Europa)”, afirmó Merz. En respuesta, las rentabilidades de la deuda pública alemana aumentaron a su nivel más alto desde la caída del Muro de Berlín, lo que sugiere una gran sorpresa en relación con las expectativas de los inversores en materia de estímulos fiscales.
El gasto en seguridad de los países europeos de la OTAN podría ascender al menos al 3% del PIB al año, frente al 2% estimado en 2024. Numerosos países europeos permitieron que sus arsenales militares quedaran obsoletos en la era posterior a la Guerra Fría, y la reposición de existencias podría proporcionar un impulso a los sectores industrial y de defensa durante varios años.
En términos más generales, el lento crecimiento de la zona euro podría repuntar gracias a los estímulos fiscales.
Si bien los mercados estadounidenses se han deteriorado repentinamente debido a las preocupaciones sobre el daño que pueden causar una guerra comercial y una política más desestabilizadora en general, creemos que los inversores pueden seguir aprovechando la fortaleza del mercado de 2023 y 2024. El ciclo económico parece que continuará, lo cual será positivo para los beneficios de las empresas y los mercados de valores. Al mismo tiempo, la persistencia de la inflación y la incertidumbre política subrayan la necesidad de confeccionar carteras resilientes incorporando activos como hedge funds, oro y bonos estructurados. Diversificar las fuentes de rentas sigue siendo una prioridad.
Sean cuales fueren los objetivos de su familia, el equipo de J.P. Morgan está a su disposición para guiarle.
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El índice NASDAQ 100 es una cesta de las 100 compañías estadounidenses más grandes y con mayor volumen de negociación que cotizan en la bolsa de valores NASDAQ. El índice incluye compañías de diversos sectores, excepto el financiero, como bancos comerciales y de inversión. Estos sectores no financieros incluyen el comercio minorista, la biotecnología, la industria, la tecnología y la atención sanitaria, entre otros.
El índice Hang Seng Tech es un índice bursátil que sigue la evolución de las 30 compañías tecnológicas más grandes que cotizan en la bolsa de valores de Hong Kong. Lo lanzó Hang Seng Indexes Company Limited para proporcionar un punto de referencia para el sector tecnológico en Hong Kong. El índice incluye compañías de diversos sectores relacionados con la tecnología, como Internet, la tecnología financiera, la computación en la nube, el comercio electrónico y la tecnología digital. El índice tecnológico Hang Seng tiene como objetivo reflejar la evolución del sector tecnológico en la región y lo utilizan los inversores para evaluar la salud y las tendencias de la industria tecnológica en Hong Kong.
El índice STOXX Europe 50 Tech es un índice bursátil que representa la rentabilidad de las mayores compañías tecnológicas de Europa. Forma parte del índice STOXX Europe 50, que incluye compañías líderes de primera línea de diversos sectores de Europa. El índice STOXX Europe 50 Tech se centra específicamente en compañías del sector tecnológico, incluidas aquellas activas en los ámbitos de software, hardware, telecomunicaciones y otras áreas relacionadas con la tecnología. Este índice sirve como referencia para los inversores que aspiran a seguir el rendimiento del sector tecnológico europeo y se utiliza para productos de inversión como fondos cotizados (ETF) y derivados.
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