Economy & Markets
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Desde que comenzó la guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2018, y con creciente intensidad durante la pandemia, los inversores han expresado su inquietud sobre la desglobalización. Este concepto se refiere a la idea de que el mundo está perdiendo su interconexión comercial, lo que podría perjudicar a los mercados financieros, al crecimiento del PIB y a los beneficios empresariales.
Daremos en primer lugar las buenas noticias: A finales de 2023, no parecía que las economías del mundo estuvieran inmersas en un proceso de rápida desglobalización. La integración económica —y sus beneficios para los márgenes empresariales— sigue intacta. Esto es así a pesar de haber sufrido dos golpes graves: los aranceles que impuso Estados Unidos a muchas importaciones de China y las históricas sanciones aplicadas a Rusia por la invasión de Ucrania, que produjeron un shock comercial aún más intenso.
Nuestro análisis de los datos de comercio indica que las cadenas de suministro han demostrado ser flexibles y resilientes, provocando el traslado de la producción a otros lugares. En general, las cadenas de suministro se están diversificando —en lo que podría llamarse una lenta maduración para alejarse de la excesiva concentración en China. Se trata de una tendencia positiva para el crecimiento económico de toda una serie de países, y un buen indicador de la resistencia del sistema comercial mundial frente a futuras crisis económicas.
Ahora las noticias no tan buenas: En el caso de varias importaciones esenciales, de las que las más importantes son fármacos (de los sectores de ciencias de la vida y biotecnología) y componentes avanzados para la fabricación de armamento, Estados Unidos sigue teniendo una gran dependencia de China, lo que plantea graves inquietudes en todo el espectro político bipartidista, por tratarse de un riesgo para la seguridad nacional.
A finales de noviembre, el presidente Joe Biden invocó la Ley de Producción de Defensa (Defence Production Act) (utilizada en la Segunda Guerra Mundial para reconvertir fábricas con la finalidad de darles un uso militar) para estimular la relocalización de la producción esencial —trayendo de nuevo a Estados Unidos operaciones empresariales que antes se habían trasladado a otro país— impulsado en parte por la escasez de fármacos en Estados Unidos.
En este artículo analizaremos los patrones emergentes en el comercio internacional, los países que se están beneficiando de ellos, las perspectivas para la producción de bienes esenciales y qué podría significar el impulso de la relocalización para los inversores, a medida que vaya desarrollándose en los próximos años.
Dado que China estaba en el epicentro de las tensiones comerciales que comenzaron en 2018, si el mundo estuviera inmerso en un proceso de desglobalización esperaríamos una caída de la cuota de este país en el comercio global. Sin embargo, su cuota de las exportaciones globales ha subido, como también lo ha hecho el ratio del comercio global de bienes frente a producción industrial global.1
Aun así, bajo la superficie están surgiendo divergencias a nivel de países individuales. China consolidó su dominio de las exportaciones a principios del milenio, cuando ganó 10 puntos porcentuales en su cuota de las importaciones estadounidenses, tras su admisión en la Organización Mundial de Comercio. Durante la guerra comercial entre Estados Unidos y China comenzada en 2018, y que aún continúa, la cuota de importaciones estadounidenses correspondiente a China ha caído sustancialmente.
Cuando Estados Unidos impuso aranceles sobre cerca del 66% de las importaciones provenientes de China como parte de su guerra comercial con este país, la localización del comercio sufrió un cambio considerable. Aunque la cuota de las importaciones estadounidenses correspondiente a China se ha reducido entre 2016 y 2023, estas caídas se han compensado mediante ganancias de países miembros de la Asociación de países del Sudeste Asiático (ASEAN), además de India y países de América Latina (los países de Europa Central y del Este, y de Oriente Medio y África (CEEMEA) no ganaron cuota del comercio estadounidense en este periodo).
Las importaciones estadounidenses a China de bienes sujetos a arancel cayeron cerca de 70.000 millones de dólares. Al producirse esta caída, como muestra nuestro análisis, Vietnam experimentó la mayor ganancia porcentual en exportaciones de bienes sujetos a arancel: una subida del 170%. Sin embargo, el país que más ha ganado en términos de dólares estadounidenses es México, con más de 153.000 millones de dólares. Las más significativas de entre estas exportaciones son semiconductores y componentes electrónicos relacionados; piezas de automóviles; y otros productos gravados con aranceles del 25% impuestos sobre China, como aceites obtenidos de minerales bituminosos.
El Anexo incluye una tabla en la que se detallan los productos sujetos a arancel a raíz de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el cambio en el valor de las importaciones estadounidenses de estos productos entre 2016 y 2023 en los 5 países que experimentaron los mayores cambios de cuota (China, México, Vietnam, India y Tailandia).
Es probable que hubiera existido cierta migración del comercio fuera de China incluso si no se hubiera producido la guerra comercial. China ha subido en la cadena de valor, externalizando la producción con menor valor añadido a ubicaciones más baratas. Por ejemplo, el valor añadido de China en las exportaciones de maquinaria y equipos aumentó notablemente en el periodo que comentamos, mientras que su valor añadido en exportaciones de prendas de vestir disminuyó.2 Gracias a la subida de los costes laborales, cada vez tiene menos sentido mantener producción menos compleja e intensiva en mano de obra en China.
Esto es relevante en la actualidad a la hora de considerar la dependencia estadounidense de las exportaciones chinas sofisticadas, incluida la biotecnología y los componentes avanzados de armamento. Cuanto mayor sea la “fosa” que establezca China alrededor de las exportaciones sofisticadas, a través de sus sistemas de subvenciones e incentivos y la naturaleza de su economía,3 más difícil será para Estados Unidos reducir su riesgo procedente de China en áreas fundamentales relacionadas con la seguridad nacional.
Transbordos, valor añadido y sustitución de importaciones
Hablando más en general, no podemos decir exactamente en qué medida la guerra comercial, el traslado de la manufactura de bajo nivel fuera de China o la guerra en Ucrania han motivado ganancias en las exportaciones de otros países a Estados Unidos. Sin embargo, sí que hemos logrado hacernos una idea, segmentando datos comerciales a nivel granular.4
Además, nuestro análisis respalda la idea de que el redireccionamiento del comercio (el transbordo o transshipping de bienes a través de un tercer país) ha sido más pronunciado en Vietnam que en México. La producción de valor añadido interna probablemente haya impulsado más las ganancias de México.5 Esta característica de la mejora de México en sus exportaciones a Estados Unidos apoya la idea de que la base de importaciones estadounidense está aumentando su resiliencia, ayudada por la proximidad de México y su conexión con el sistema ferroviario estadounidense.
Si se analiza desde una perspectiva empresarial, las compañías crecientemente buscan fortalecer sus cadenas de suministro a través de la relocalización o reshoring (o near-shoring) de la producción, como confirma una extensa investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre este tema. Las menciones de las palabras reshoring, onshoring y near-shoring en las presentaciones sobre beneficios empresariales se han multiplicado “casi por 10” desde que comenzó la guerra comercial entre Estados Unidos y China.6
También es importante señalar que el legislador mexicano está demandando más producción de valor añadido. Las “reglas de origen” del Acuerdo de 2018 entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA’s) exigen insumos norteamericanos para la producción, especialmente en el sector automovilístico.7
No obstante, es poco probable que la actividad de reshoring a México conlleve un repunte del empleo. De hecho, el porcentaje de empleo correspondiente al sector manufacturero en México ha caído en los últimos años,8 probablemente debido a la automatización industrial. Esto podría reflejar un giro más amplio: a medida que la automatización industrial va cobrando fuerza a nivel global, puede que el sistema de comercio global esté pasando a un estadio en el que las compañías ya no buscan la optimización para lograr los costes laborales más bajos, sino por otros factores de coste, como los costes de transporte.9 México destaca en este aspecto, con unos costes de transporte a Estados Unidos sustancialmente inferiores a China.
La fuerte caída de las exportaciones de semiconductores (y equipos) de China a Estados Unidos también es consecuencia de la guerra comercial entre ambos países. Estas exportaciones han descendido cerca de un 54% desde 2016. Las exportaciones de semiconductores chinos no pueden sustituirse fácilmente por las de otros fabricantes de chips, especialmente porque China se especializa en chips “antiguos” (menos sofisticados) con bajos márgenes de beneficio.
Esta falta de sustitución probablemente tuvo un papel importante en la fuerte inflación que azotó a la economía estadounidense en 202110—la grave escasez de chips para automóviles y otros bienes de consumo discrecional está en el origen del shock inflacionista de 2021.11
Esta circunstancia apunta a la vulnerabilidad del sistema de comercio global, y por qué una dependencia excesiva de China para ciertas importaciones fundamentales —nuestro tema siguiente— puede representar no sólo un riesgo para la seguridad nacional, sino también un riesgo económico. Además, ilustra por qué, a largo plazo, la relocalización de las cadenas de suministro puede aumentar la resistencia del sistema comercial, y ayudar a protegernos frente a crisis futuras.
La dependencia de China con respecto a varios productos esenciales, incluyendo en los sectores de ciencias de la vida, biotecnología y piezas avanzadas de armamento, es objeto de inquietud a nivel bipartidista, considerándose un riesgo grave para la seguridad nacional de Estados Unidos.
¿Cómo han cambiado las importaciones estadounidenses de estos bienes estratégicos, definidos como productos de tecnología avanzada por la Oficina del Censo estadounidense? Los productos de tecnología avanzada comprenden 10 categorías amplias (que se actualizan anualmente): biotecnología, ciencias de la vida, optoelectrónica, información y comunicaciones, fabricación flexible, materiales avanzados, aeroespacial armamento y tecnología nuclear.12 Resulta sorprendente que los productos de tecnología avanzada se hayan visto menos afectados por los aranceles estadounidenses que otras categorías de bienes.
Tan solo una parte de los productos de tecnología avanzada ha quedado gravada con aranceles elevados a raíz de la guerra comercial. En su mayoría, estos productos incluyen electrónica, manufactura flexible, materiales avanzados, aeroespacial y tecnología nuclear. Sin embargo, no constituyen la mayoría de los productos de tecnología avanzada que importa Estados Unidos de China. Tan solo un 45% de las importaciones estadounidenses de productos de tecnología avanzada de China han quedado sujetos a arancel en la guerra comercial.
De hecho, varios productos de tecnología avanzada estratégicos —biotecnología, ciencias de la vida y armamento— se gravaron menos con aranceles, y la cuota de estas exportaciones a Estados Unidos correspondiente a China no está cayendo sino aumentando en la actualidad. Dentro de los productos de tecnología avanzada, merece la pena señalar que, en los productos a los que Estados Unidos no aplicó arancel (exportaciones de productos de tecnología avanzada no sujetos a arancel), China ha seguido incrementando su cuota: estas exportaciones han aumentado en unos 20.000 millones de dólares desde 2016 (ver Anexo con desglose del incremento por categoría de producto de tecnología avanzada).
En los últimos años, las importaciones estadounidenses de medicamentos fundamentales a China han experimentado un incremento sustancial. Para muchos legisladores estadounidenses, esto representa un riesgo para la seguridad nacional. No obstante, en vista de la grave escasez de capacidad productiva interna, parece que Estados Unidos no tiene otra elección que depender cada vez más de China para la adquisición de productos farmacéuticos.13
El Gobierno de Biden es consciente de este punto de estrangulamiento, y en noviembre de 2023 invocó la Ley de producción para Defensa (Defence Production Act) para acelerar la inversión en la fabricación interna de medicamentos esenciales, medidas para contrarrestar la escasez de productos médicos e insumos fundamentales que el presidente considera esenciales para la defensa nacional de Estados Unidos.14
En contra del patrón habitual, según el cual países distintos de China han ganado en cuota de exportaciones en productos sujetos a arancel, en las exportaciones de productos de tecnología avanzada no sujetos a arancel en Estados Unidos este incremento ha sido menos llamativo.
Es importante seguir observando la evolución de las exportaciones de productos de tecnología avanzada no sujetas a arancel, ya que ganancias en esta categoría en los próximos trimestres y años podrían apuntar a cambios en las cadenas de suministro de fabricación anticipando un aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.15 Vamos a realizar un seguimiento de estas decisiones por parte de los líderes de multinacionales, que siguen sufriendo mucha incertidumbre por las intenciones de los responsables políticos acerca de las exportaciones de productos de tecnología avanzada no sujetas a arancel y de importancia estratégica.
Como ya hemos mencionado, los aranceles han tenido un papel importante a la hora de trasladar la localización del comercio para alejarla de China. No obstante, en los productos tecnológicos con importancia estratégica no sujetos a arancel, las exportaciones de China a Estados Unidos se mantuvieron. En relación con el PIB de China, las exportaciones a Estados Unidos de productos de tecnología avanzada no sujetos a arancel no solo se mantienen estables, sino que ahora superan los niveles de 2018, aunque en general las importaciones estadounidenses a China se han desplomado.16
¿Hacia dónde se dirige el comercio estratégico?
La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha tenido efectos importantes en cuanto a la disminución de las exportaciones de China a Estados Unidos. No obstante, cuanto más analizamos los detalles de la caída en el comercio, más matices observamos —y Estados Unidos sigue dependiendo mucho de China en ciertas categorías comerciales de importancia estratégica.
Creemos que los legisladores estadounidenses buscarán reducir aún más el riesgo, desvinculándose del comercio con China en estos sectores fundamentales. La forma exacta que adoptará este esfuerzo de reducción del riesgo dependerá, en gran medida, del resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses en 2024.
El Partido Demócrata probablemente seguirá defendiendo políticas cuyo objetivo es reducir los costes de producción en Estados Unidos y sus socios comerciales cercanos (como México), invirtiendo los dólares fiscales para aumentar la demanda de reshoring en ciertos sectores (hasta la fecha, ejemplos de lo anterior incluyen la ley de CHIPS de 2022 y la Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act) de 2023).17 El Partido Republicano, por su parte, parece centrarse fundamentalmente en subir los costes de los productos fabricados en el extranjero (por ejemplo, mediante el uso de aranceles).18
Dos casos prácticos nos sirven para contrastar el estado de la globalización en la actualidad: Rusia es un ejemplo llamativo de flexibilidad comercial, que ilustra cómo la resiliencia de las cadenas de suministro puede ayudar a conservar las importaciones de un país a pesar de unas sanciones sin precedentes históricos a nivel global. Por otro lado, el hecho de que Sudamérica no haya aumentado su cuota de exportaciones a Estados Unidos muestra cómo ciertos factores fundamentales (incluyendo las infraestructuras y el desarrollo de capital humano) pueden entorpecer el comercio, a pesar del potencial que ofrece un sistema de comercio global flexible.
Rusia: un ejemplo radical de la flexibilidad del comercio
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, el comercio con Rusia es un ejemplo reciente y dramático de la flexibilidad del comercio. Las cadenas de suministro de manufactura de todo el mundo han demostrado tanta resistencia en los últimos 18 meses que, en lo esencial, han salvado a la economía rusa. La flexibilidad del comercio es el motivo principal por el que el FMI ha revisado fuertemente al alza su previsión del PIB para Rusia desde abril de 2022. Entonces, el FMI proyectó una caída del 10,6% en 2023 (en relación con su nivel de 2021). En la actualidad, considera que en realidad la economía rusa ha crecido un 0,13%.
Sudamérica: tanto potencial, tan poca mejora
Esperábamos que la diversificación del comercio generaría fuertes ganancias en la cuota de exportaciones a Estados Unidos en los países de Sudamérica. Estos países tienen una proximidad favorable a Estados Unidos, e históricamente han mantenido vínculos geopolíticos cercanos con el país. Sin embargo, Brasil, Colombia, Argentina, Chile o Perú casi no han visto ningún cambio en sus exportaciones.
Existen varios motivos que podrían explicar los malos resultados de la región.
Baja complejidad de la manufactura: De la cifra total de importaciones estadounidenses de productos de tecnología avanzada en 2023, el porcentaje con origen en Sudamérica se redondea a cero (0,31%). Las principales exportaciones de sus economías de mayor tamaño son materias primas primarias: mineral de hierro en Brasil, mineral de cobre en Perú y en Chile, y crudo (y café) en Colombia.
Infraestructura comercial limitada y de poca calidad: Las exportaciones de los países sudamericanos serían un 30% más altas en un hipotético mundo en el que se cerrara la mitad de la brecha de infraestructuras de estos países frente a las economías avanzadas.19 Los costes de transporte a Estados Unidos son altos (al contrario que México, el continente carece de una conexión directa al sistema ferroviario estadounidense). El ambicioso proyecto ferroviario bioceánico, planificado para conectar la costa del Pacífico del Perú con la costa atlántica de Brasil reduciría los costes de transporte, especialmente a Europa y a Asia, pero se ha enfrentado repetidas veces a obstáculos (incluidos los medioambientales, ya que atravesaría la selva amazónica).20
Desarrollo del capital humano comparativamente bajo (nos referimos al acervo de conocimientos, habilidades, educación, salud y otros atributos que contribuyen a la capacidad de los trabajadores para producir valor económico); si a esto se une su dominio relativamente bajo de inglés,21 se ve por qué el retraso en el desarrollo del capital humano de la región está limitando el comercio de bienes y probablemente también frenando la exportación de servicios, incluso a pesar de que su zona horaria se adaptaría bien a la venta de servicios de trabajo remoto para compañías norteamericanas.22
La globalización permanece intacta, a pesar de las fuertes sacudidas que ha sufrido en los últimos años. Su conservación es un reflejo de la flexibilidad de las cadenas de suministro de fabricación a nivel global. Las multinacionales han demostrado que pueden adaptarse rápidamente a las nuevas políticas, pivotando en entornos de aumento del riesgo geopolítico. Esta flexibilidad ha ayudado a que los márgenes de beneficio empresariales mantengan las ganancias históricas de las últimas décadas gracias a la globalización.
No obstante, en varias áreas de importancia estratégica fundamental, Estados Unidos sigue dependiendo fuertemente de importaciones de China. Esperamos que los líderes sigan buscando políticas para reducir el riesgo procedente de China en áreas del comercio esenciales para la seguridad nacional. Este desafío presenta una oportunidad para toda una serie de países dentro del complejo de los mercados emergentes. La infraestructura comercial, la competitividad y el desarrollo del capital humano dictarán cuáles de ellos se benefician de estas tendencias.
Por otro lado, nuestro trabajo respalda una opinión positiva sobre el sector industrial en los mercados de renta variable a nivel global. Michael Cembalest, presidente de estrategia de mercados e inversión de J.P. Morgan Asset & Wealth Management, ha escrito favorablemente sobre el sector industrial en su artículo de Perspectivas 2024, en el que cita ciertos factores seculares que impulsan el crecimiento de este sector, más unas valoraciones baratas (especialmente en relación con las acciones tecnológicas).
1 Aunque está fuera del alcance de este artículo, señalamos asimismo que el incremento del trabajo remoto en todo el mundo ha impulsado el comercio global de servicios, una tendencia que probablemente continúe. Tobias Sytsma, “The Globalization of Remote Work: Will Digital Offshoring Make Waves in the U.S. Labor Market?” RAND Corporation, 2022.
2 Según la base de datos de comercio de valor añadido (Trade In Value Added (TIVA)) de la OCDE, la cuota de valor añadido de China en las exportaciones de prendas de vestir cayó del 17,2% en el año 2000 al 9,4% en 2020, mientras que su cuota de valor añadido en las exportaciones de maquinaria más que se duplicó durante este periodo, del 2,5% al 5,5%. “TIVA principal indicators,” oecd.org, 2023.
3 Aunque supera el alcance de este artículo, puede decirse que esta “fosa” incluye depósitos de minerales, calidad de la educación e integración del sector manufacturero, entre otros muchos factores del auge de China hasta dominar la manufactura. Para más información sobre sobre su reciente dominio en la producción de tecnologías: Alan Weissberger, “ASPI’s Critical Technology Tracker finds China ahead in 37 of 44 technologies evaluated,” Technology Blog, IEEE Communications Society, Institute of Electrical and Electronics Engineers, 3 de marzo de 2023.
4 Hemos aplicado interpretaciones nuevas de los datos utilizando el sistema de codificación Harmonized Tariff Schedule (HTS) para examinar los componentes de las importaciones de bienes a Estados Unidos. Hemos considerado las categorías de comercio de HTS al nivel más granular, con códigos HTS de 10 dígitos.
5 Los significativos retrasos en la publicación de datos nos impiden contestar esta pregunta de forma definitiva en la actualidad. No obstante, si analizamos la tendencia de las exportaciones sujetas a arancel (en relación con el PIB) antes y después de 2018 (comienzo de la guerra comercial), observamos una fuerte subida en la exportación de bienes sujetos a arancel de Vietnam a Estados Unidos que no observamos para México. Esto apoya la idea de que el desvío del comercio ha sido más pronunciado en Vietnam, y refleja la exportación de bienes de China a Vietnam, desde donde se reexportan a Estados Unidos para evitar la aplicación de aranceles.
6 Kristalina Georgieva, “Confronting Fragmentation Where It Matters Most: Trade, Debt, and Climate Action,” Blog del FMI, 16 de enero de 2023.
7 USMCA ha incrementado la exigencia de contenido de valor regional al 75%, en comparación con el 62,5% de NAFTA, y exige que al menos el 70% de las compras de acero y aluminio de los productores tengan origen en Norteamérica. Por supuesto, los fabricantes chinos también están construyendo infraestructuras de exportación en México para acercarse al mercado de consumidores de Estados Unidos y, según The Economist, para evitar la aplicación de aranceles. “Why Chinese companies are flocking to Mexico: The country offers a back door to the United States,” The Economist, 23 de noviembre de 2023.
8 Del 8,9% en 2019 al 8,25% en 2023, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
9 También señalamos que los costes laborales no son claramente más bajos en México que en China. El índice del Big Mac (ajustado), publicado por The Economist y generalmente utilizado como aproximación para comparar costes laborales, muestra que México es un 17,1% más barato que Estados Unidos, mientras que China es un 15,6% más barato.
10 Chad P. Bown, “Four years into the trade war, are the U.S. and China decoupling?” Realtime Economics blog, Peterson Institute for International Economics, 20 de octubre de 2022.
11 En nuestra opinión, abril de 2021 marcó el inicio del shock inflacionista. Durante este mes, la inflación de los automóviles en los datos del IPC se disparó por una tasa anualizada de más de un 60%.
12 Códigos de referencia de comercio internacional, Oficina del Censo.
13 Eduardo Jaramillo, “U.S. drug shortages highlight dependence on China, gray supply chains,” The China Project, 7 de junio de 2023.
14 “Fact Sheet: President Biden Announces New Actions to Strengthen America’s Supply Chains, Lower Costs for Families, and Secure Key Sectors,” White House, 27 de noviembre de 2023.
15 Justin R. Pierce and David Yu, “Assessing the Extent of Trade Fragmentation,” FEDS Notes, Junta de Gobernadores del Sistema de Reservas Federales. 3 de noviembre de 2023.
16 Señalamos asimismo una discrepancia entre los datos de importaciones estadounidenses de China frente a los datos de exportaciones de China a Estados Unidos. Esta discrepancia surgió durante la pandemia y sigue vigente. Estados Unidos ahora comunica muchas menos importaciones a China que la cifra de exportaciones a Estados Unidos que publica China. La explicación de esta discrepancia no es evidente, pero podría significar que se exagera la caída de las importaciones desde Estados Unidos a China.
17 Si desea leer nuestro análisis sobre estas leyes, su probable impacto y sus implicaciones para las inversiones, vea el artículo de Joe Seydl, Jessica Matthews e Ian Schaeffer, “The opportunity in renewed U.S. industrial policy,” J.P. Morgan Private Bank, 1 de junio de 2023.
18 Señalamos que la ley de CHIPS de 2022 fue bipartidista, por lo que esta declaración no debería interpretarse como blanca o negra. La realizamos, no obstante, porque concuerda con el patrón del ciclo electoral, y porque el anterior presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado que, si obtiene la reelección en 2024, pretende imponer un arancel del 10% sobre todas las importaciones estadounidenses.
19 La infraestructura de comercio se refiere tanto a las infraestructuras físicas como a las infraestructuras de aduanas. “Trade Integration and Implications of Global Fragmentation for Latin America and the Caribbean,” Regional Economic Outlook Latin America and the Caribbean, Fondo Monetario Internacional, octubre de 2023.
20 “Controversial Amazon route of Transcontinental Railway Brazil-Peru,” Global Atlas of Environmental Justice,” ejatlas.org, 11 de junio de 2023.
21 Especialmente en relación con el PIB per cápita (una aproximación al precio caro o barato de la mano de obra desde la perspectiva de las empresas que buscan contratar trabajo remoto externalizado), los países de Sudamérica destacan por su bajo dominio del inglés (en comparación con India o Filipinas, por ejemplo). English Proficiency Index, Education First, 2023.
22 La inmensa mayoría del incremento de las exportaciones de trabajo remoto a Norteamérica (y a Europa) ha sido captada por trabajadores basados en Europa del Este, el sur de Asia y Filipinas. Fabian Braesemann, Fabian Stephany, Ole Teutloff, et al., “The global polarization of remote work,” PLoS One, 20 de octubre de 2022. .
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