Estrategia de inversión
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Es posible que ya haya oído decir que “ahora es el momento de la gestión activa.”
En general, no solemos decantarnos por una gestión totalmente activa o pasiva en ningún entorno concreto; ambas tienen beneficios. Los vehículos pasivos suelen tener un coste inferior, y son transparentes y predecibles en relación con el mercado o el índice, pero no ofrecen la oportunidad de generar un exceso de rentabilidad (“alpha”). Las estrategias activas (cuando los gestores seleccionan valores con el propósito de superar los resultados del índice de referencia) sí ofrecen esa posibilidad, pero suelen tener un coste más elevado y menor probabilidad de seguir al índice.
Esto hace que sea de suma importancia decidir bien dónde aplicar la gestión activa.
Durante los últimos cinco años, hemos podido observar un mayor éxito de la gestión activa en ciertas categorías de renta variable entre las nueve clases de activos que hemos analizado: pequeña capitalización y mercados internacionales. La mayoría de los fondos de renta variable gestionados activamente que invierten en valores estadounidenses de pequeña capitalización y en renta variable europea —el 66% y 56%, respectivamente— lograron superar los resultados de sus índices de referencia en los últimos cinco años, netos de comisiones. También lo hizo el gestor en la mediana de cada categoría.
Así pues, podría tener sentido decantarse por gestionar activamente la renta variable de pequeña capitalización y algunos de los mercados internacionales presentes en su cartera.
Estos buenos resultados de los gestores de renta variable de pequeña capitalización e internacional destacan frente a las otras siete de las nueve categorías de renta variable que analizamos, en las que el gestor mediano obtuvo resultados inferiores a sus respectivos índices de referencia. En Estados Unidos, en renta variable tradicional de gran capitalización, una categoría con más de 500 gestores de activos, tan solo el 23% de los gestores lograron superar a sus índices de referencia. El segmento growth estadounidense de gran capitalización obtuvo resultados aún peores: sólo el 18% de los gestores activos lograron resultados superiores.1 Evidentemente, los datos cambian si se analizan periodos de cinco años distintos.
Creemos, por tanto, que no es cuestión de encontrar el momento adecuado para la gestión activa. La clave está en saber dónde debería plantearse utilizarla en su cartera. (Por supuesto, tenga en cuenta que los mejores gestores activos suelen superar al mercado por un margen sustancial —este análisis se refiere a todos los gestores activos, no a los mejores).
Aunque muchas variables pueden influir en los resultados de un gestor activo, hemos identificado los tres factores principales que, en nuestra opinión, explican por qué los gestores activos de renta variable de pequeña capitalización e internacional pueden destacar a la hora de superar a sus índices de mercado. Estos mercados suelen tener las siguientes características:
Cuantos menos analistas sigan a una sociedad, más probable será que las estimaciones de las cifras fundamentales para valorar la acción (tales como la facturación y los beneficios futuros) sean menos precisas y/ o estén sujetas a variaciones importantes.
Por ejemplo, esto sucede con los valores del índice de pequeña capitalización Russell 2000. Las expectativas de beneficios de los valores del índice muestran una amplia variación, con una desviación estándar (una medida de la dispersión) del 12,2%, en comparación con la dispersión del 4,4% de las estimaciones de beneficios de sus equivalentes de gran capitalización (S&P 500).
Los gestores activos con importantes capacidades de investigación pueden lograr una ventaja informativa en valores de renta variable con menos cobertura, lo que incrementa su probabilidad de acertar a la hora de elegir los mejores valores.
Una dispersión más elevada significa que los valores con mejores resultados tienen un comportamiento muy superior que aquellos con peores resultados. Los gestores activos pueden generar rentabilidades superiores si aciertan. En otras palabras: si lo hacen, pueden ganar mucho, y viceversa.
Por ejemplo, en los últimos 20 años, los gestores activos han obtenido mejores resultados en renta variable de mercados emergentes. De media, si analizamos el índice MSCI Emerging Markets, la diferencia entre la renta variable del país con mejores resultados, y la renta variable del país con peores resultados del índice MSCI Emerging Markets fue del 99%.2 (Compárenlo con los valores del S&P 500, donde la diferencia entre la renta variable de los sectores con rentabilidades más elevadas y la de los sectores con rentabilidades más bajas desde 2003 asciende al 42%).
Un mercado altamente concentrado es aquel en el que dominan unos pocos valores con capitalizaciones bursátiles muy elevadas (piense en Apple, Microsoft, Alphabet y Amazon en el S&P 500). Los mercados concentrados son lugares donde es difícil desplegar estrategias de gestión activa, porque los gestores se ven obligados a dedicar mucho capital a las primeras posiciones para mantenerse neutrales frente al índice de referencia. Por ejemplo, para mantener una posición neutral frente al S&P 500, una estrategia de gran capitalización estadounidense debe colocar el 32% de la cartera en los 10 mayores valores.
En contraste, los 10 valores del índice de pequeña capitalización Russell 2000 con la mayor ponderación representan tan sólo cerca de un 3% del índice. La menor concentración del índice de referencia significa que los gestores activos tienen más oportunidades para encontrar compañías con resultados superiores —y tomar posiciones significativas en las mismas.
En la actualidad, las áreas del mercado de renta variable que presentan baja cobertura de analistas, elevada dispersión de rentabilidades y baja concentración del índice son la renta variable estadounidense de pequeña capitalización y la renta variable europea y de mercados emergentes. Estas categorías de renta variable también son las que tienen el mayor porcentaje de gestores activos que superan al índice en nuestro análisis.
En J.P. Morgan animamos a los clientes a considerar otras estrategias. Una de ellas es la recolección o cosecha de pérdidas fiscales, diseñada para generar lo que se denomina “alpha fiscal”. Puede utilizarse tanto en carteras activas como pasivas.
En pocas palabras, la cosecha de pérdidas fiscales consiste en la venta a pérdida de valores en el momento oportuno para compensar ganancias de inversión en otros lugares de la cartera y en el balance.
En lugar de intentar superar la rentabilidad del índice, una estrategia de cosechar pérdidas fiscales intenta replicar el resultado del índice, vendiendo activamente títulos individuales en momentos de caída de su valor. Esto le permite aprovechar las pérdidas fiscales, manteniendo su exposición al mercado.
Esta estrategia podría reducir su factura fiscal al final del año, utilizando las pérdidas para compensar ganancias de capital realizadas en otros lugares de su balance. Una estrategia de cosecha de pérdidas fiscales también puede reducir la dependencia de la capacidad del gestor de acertar en la selección de valores en las áreas donde resulta más difícil, utilizando la volatilidad natural del mercado para generar potencialmente un valor adicional a lo largo del tiempo.
Estamos aquí para ayudarle a tomar decisiones informadas que le permitan mantenerse en el camino trazado en su plan patrimonial. Tanto si se trata de revisar su cartera de inversión actual como de buscar nuevas oportunidades de inversión, podemos ayudarle a decidir si una estrategia activa o pasiva es adecuada para usted. Póngase en contacto con su equipo de J.P. Morgan si desea más información.
1Fuente: J.P. Morgan Private Bank y Morningstar, 31 de marzo de 2023. Incluso en el periodo de cinco años con mejores resultados, el exceso de rentabilidad del gestor mediano ascendió tan solo al 0,07%. Las rentabilidades se muestran netas del ratio de gastos del fondo subyacente.
2Fuente: Bloomberg Finance L.P. Para los 20 años naturales finalizados el 31 de diciembre de 2022. Basado en el índice MSCI Emerging Markets Index.
El índice Russell 2000 es un índice bursátil de pequeña capitalización, que comprende las 2.000 acciones con menor capitalización del índice Russell 3000. Fue iniciado por Frank Russell Company en 1984. El índice lo mantiene FTSE Russell, una filial de London Stock Exchange Group.
El índice S&P 500 Index es un índice no gestionado, de base amplia, utilizado como aproximación al mercado bursátil estadounidense. Incluye 500 acciones de gran difusión. Las cifras de rentabilidad total reflejan la reinversión de los dividendos. “S&P500” es una marca de Standard and Poor’s Corporation.
El índice MSCI Emerging Markets Index es un índice que capta la representación de valores de mediana y gran capitalización en 24 mercados emergentes.
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