Estrategia de inversión
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La semana pasada, la renta variable experimentó una caída a pesar de un comportamiento sobresaliente de las empresas más grandes.
En particular, Alphabet registró una semana notable tras su avance en computación cuántica y la expansión de su negocio de transporte compartido Waymo en Miami.
En renta fija, los tipos a lo largo de la curva fueron materialmente más altos, y la pendiente de la curva aumentó. Este movimiento fue en gran parte como consecuencia de las elevadas solicitudes iniciales de prestación por desempleo y a unos precios del productor más fuertes (aunque la medida subyacente estuvo en línea con las expectativas del mercado). Los mercados casi han descontado por completo un recorte de 25 puntos básicos (pbs) por parte de la Fed en su reunión de esta semana, pero la fortaleza de los datos económicos probablemente mantendrá el comunicado y la conferencia de prensa en un tono más prudente.
A medida que nos acercamos al final del año, hay numerosas cuestiones que se respondieron en 2024: ¿Logrará la economía un aterrizaje suave? ¿Quién ganará las elecciones presidenciales en EE. UU.? ¿Alcanzará el S&P 500 un nuevo máximo histórico? En el informe de hoy, dirigimos nuestra atención hacia otros temas y examinamos aquellas preguntas que aún permanecen sin respuesta: el crecimiento económico de China, el ciclo de recorte de tipos a nivel global y los aranceles.
¿Se traducirá el estímulo en China en un auge de la demanda? A lo largo de 2024, el gobierno chino ha hecho lo posible por apoyar el crecimiento económico del país, pero no ha logrado estimular la economía. Las medidas se centraron en aumentar el crédito, que ya era abundante, mientras que el mercado buscaba políticas que impulsaran la demanda.
Desde septiembre, los responsables de elaborar las políticas económicas en China empezaron a alinearse más con lo que el mercado pedía: un estímulo centrado en aumentar el consumo. El enfoque para 2025 sugiere un mayor margen para la expansión fiscal y del déficit presupuestario. El gobierno también ha dejado la puerta abierta a implementar más medidas si aumentan los aranceles de EE. UU. Por ahora, las propuestas siguen siendo especulativas, y el mercado busca algo más concreto. En su lugar, lo que se presentó fue la reestructuración de 14,3 billones de yuanes de deuda pública. A pesar de la falta de detalle, el mercado ha reaccionado positivamente con respecto a las perspectivas de cara al año que viene. Desde septiembre, la renta variable del mercado onshore de China ha casi triplicado la rentabilidad de la renta variable de gran capitalización de EE. UU., lo que sugiere que los mercados están comenzando a aceptar la idea de que el gobierno promoverá medidas que sirvan de apoyo al crecimiento económico.
Sin embargo, todavía hay razones para ser prudentes, ya que establecer una plataforma para el crecimiento económico es diferente a efectivamente conseguir estimularlo. Por ejemplo, en el mismo período, los rendimientos de los bonos del gobierno chino a 10 años (que aumentan con las estimaciones de crecimiento) han caído a su nivel más bajo. Además, el yuan se ha depreciado aproximadamente un 3,5% frente al dólar desde septiembre.
En resumen, el mercado parece estar evaluando cómo evolucionarán estos factores, así como con el alcance y el enfoque sectorial del estímulo que está por venir. Obtendremos más claridad sobre los objetivos de crecimiento en marzo de 2025; hasta entonces, seguimos siendo prudentes respecto al mercado.
¿Hemos superado ya el pico de recorte de tipos? En nuestras estimaciones para 2024, anticipamos un año de recorte de tipos global, y así ha ocurrido. Este año, 27 de los 37 bancos centrales, incluidos todos los principales mercados desarrollados (con la excepción de Japón), han recortado tipos de manera simultánea.
El ciclo de recorte de tipos y la sólida actividad económica (especialmente en Estados Unidos) ayudaron a impulsar al alza la renta variable global, y la renta variable estadounidense alcanzó 57 nuevos máximos históricos. Sin embargo, una vez confirmado el escenario de aterrizaje suave, ¿podríamos haber superado ya el pico de recortes de tipos por parte de los bancos centrales?
Ya hemos visto a algunos bancos centrales subir los tipos de interés. Tal y como destacamos en nuestras Perspectivas para 2025, Brasil, que fue uno de los primeros bancos centrales en comenzar el ciclo de recortes en 2023, ha revertido esa tendencia y ha iniciado un nuevo ciclo de política monetaria restrictiva. La semana pasada, Brasil subió los tipos 100 puntos básicos, su mayor incremento desde mayo de 2022. Otros bancos centrales de mercados emergentes (como México y Ucrania) podrían seguir un camino similar para anclar las expectativas de inflación y los tipos a largo plazo en un contexto de crecientes déficits fiscales.
¿Podría ser Estados Unidos el siguiente? No lo creemos. La Reserva Federal ha indicado que está en camino hacia una postura política más neutral. Eso significa tipos más bajos. La pregunta, cuya respuesta nadie conoce, es a qué nivel se considera que la política es neutral. Por ahora, es probable que los tipos estén por encima del nivel más alto de los rangos de la mayoría de las estimaciones. Esperamos que la Fed continúe recortando gradualmente los tipos (incluido un recorte de 25 puntos básicos en su reunión de diciembre) hasta que se acerquen a un rango del 3 al 4%. Otros bancos centrales de mercados desarrollados, como el Banco Central Europeo y el Banco Nacional Suizo, parecen estar listos para recortar los tipos por debajo de sus niveles neutrales tan pronto como en la primera mitad del próximo año.
Hablemos de aranceles, ¿qué nos espera? El presidente electo Donald Trump ha hecho campaña a favor de aumentar los aranceles a los socios comerciales de Estados Unidos. Estados Unidos ya ha implementado controles de exportación sobre semiconductores, ha incluido en la lista negra a empresas chinas y ha impuesto restricciones en inteligencia artificial y supercomputación. Además, Trump ha propuesto un arancel del 60% sobre todos los productos chinos y hasta un 10% sobre todas las demás importaciones.
China ha respondido prohibiendo la exportación de varios materiales (de los cuales es el productor dominante) a Estados Unidos. El impacto económico de esta prohibición es relativamente limitado, pero el impacto general aumenta cuando se considera la importancia de estos materiales como componentes en varios productos clave, como semiconductores, satélites y gafas de visión nocturna.
Esta medida apunta a una mayor escalada de las ya tensas relaciones comerciales. Estados Unidos depende de las importaciones en varias industrias, incluidos minerales críticos. Pero no se trata solo de China: Trump también amenazó con imponer aranceles del 25% a los productos de México (el mayor socio comercial de Estados Unidos) y Canadá. La posibilidad de un aumento en las restricciones comerciales bajo una nueva administración de Trump ha renovado la incertidumbre en la política comercial y aumenta el riesgo de más represalias en estas industrias.
¿Qué significa esto para Estados Unidos? Es probable que los aranceles conduzcan a una mayor inflación sin el crecimiento económico correspondiente. La Reserva Federal de Nueva York estudió los efectos de la guerra comercial entre EE. UU. y China durante 2018-2019 y concluyó que aumentó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en un 0,3%, lo cual fue un incremento puntual. Todo lo demás constante, esto ejerce presión al alza sobre el nivel de tipos, y con tipos de interés más altos, esperamos que la fortaleza del dólar persista. Esto es aún más evidente al considerar el impacto negativo en el crecimiento debido a los posibles aranceles en otras partes del mundo, como Europa. Sin embargo, es probable que los aranceles por sí solos no sean suficientes para descarrilar nuestra visión general constructiva sobre los mercados.
Para concluir: ¿se producirá el tradicional rally navideño en 2024? Históricamente, el último mes del año es positivo para el S&P 500. Los consumidores gastan más durante la temporada navideña, y el "rally navideño" junto con el optimismo general al entrar en un nuevo año suelen beneficiar a esta época del año.
Desde 1928, el S&P 500 ha tenido una rentabilidad mensual promedio del 0,7%. Diciembre tiende a ser un mes más propicio para la renta variable, con un promedio del 1,3%, casi el doble. Además, las elecciones no parecen afectar a las rentabilidades de diciembre. De hecho, en promedio, son más altas en los años electorales (1,6%).
¿Será diciembre igual de favorable en 2024? No tendremos que esperar mucho más para conocer la respuesta. Y, como siempre, para cualquier otra pregunta, no dude en contactar a su equipo de J.P. Morgan.
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