Ante el creciente interés de los inversores, dos de nuestros mejores especialistas contestan a las preguntas más candentes del momento.
Crece la popularidad de la inversión sostenible, incluyendo la utilización de criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). Ideas & Insights se ha sentado con Lance Schiff, Gestor de carteras del Equipo de estrategias especializadas, y con Aubre Clemens, Responsable global de investigación sostenible, para hablar de la convergencia de fuerzas globales que subyacen a su fuerte crecimiento, la cuestión de su rentabilidad y qué nos espera en el futuro.
J.P. Morgan: Cuéntanos cuál es tu papel en la inversión sostenible en J.P. Morgan.
Lance Schiff: Llevo en J.P. Morgan más de 20 años. Además de trabajar como gestor de cartera en una inversión de renta multiactivos (lanzada en 2010), soy responsable de una solución de renta variable y renta fija sostenible, que introdujimos hace casi dos años. Por ello, soy responsable de las decisiones de distribución en las inversiones subyacentes de los fondos que comprenden estas soluciones. Aunque los últimos 11 años los he dedicado a la gestión de carteras, anteriormente era responsable de due diligence de gestores para una clase de activos, y tuve el orgullo de identificar el primer fondo ESG, centrado cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza, para nuestra plataforma.
Aubre Clemens: Llevo 15 años en la organización. Soy responsable de reunirme con los distintos gestores de activos para cuestionar y valorar exactamente cómo consideran los criterios ESG en su proceso de inversión. Les pido que demuestren cómo están incorporando los criterios ESG. El gestor debería poder explicar cómo los criterios ESG motivan las decisiones que toma. Queremos asegurarnos de que las estrategias con las que trabajamos consideran los factores ESG porque creen que añaden valor, bien para reducir el riesgo o como oportunidad de lograr rentabilidades superiores a largo plazo. Es muy importante asegurar que tenemos los gestores adecuados, y que siguen estos criterios de la forma correcta.
J.P. Morgan: ¿En qué difiere la inversión sostenible de la “mera inversión”?
Schiff: Es más holística. Se complementan enfoques tradicionales con consideraciones ESG, y ello se hace en todo el proceso, a la hora de evaluar la economía, las novedades de los mercados, la construcción de las carteras o las inversiones concretas. Analizar la inversión a través de un prisma sostenible es la dirección a la que apunta el mercado, y favorece un horizonte temporal más amplio. Favorece sopesar más detenidamente la ecuación rentabilidad/riesgo de las decisiones a corto plazo, que a veces se toman de forma imprudente, sin tener en cuenta ni preocuparse plenamente por las repercusiones más duraderas. Yo comparo la filosofía sostenible con la opinión de que una dieta sana y un régimen de ejercicio habitual da mejor resultado que una dieta de choque.
Clemens: Exacto. Y, aunque las mediciones de la sostenibilidad pueden no ser financieras, podrían ser muy importantes para el crecimiento a largo plazo de una compañía. Desde la perspectiva de la “S” del ESG, la social, cómo se trata a los empleados para asegurar su motivación en el lugar de trabajo afecta a la cultura de la compañía, e impulsa la innovación. Por ejemplo, una mayor conciencia de estas cuestiones nos da una imagen mejor y más completa de una inversión potencial.1
J.P. Morgan: Los escépticos afirman que los inversores tienen que sacrificar rentabilidades para invertir de forma sostenible. ¿Qué opináis vosotros?
Schiff: Creo que proporciona una perspectiva más amplia, que debería permitir mejores decisiones de inversión y aumentar las rentabilidades ajustadas a riesgo. Por ejemplo, hace muchos años, muchos inversores en mercados emergentes realizaron cuantiosas inversiones en algunas compañías energéticas, por su potencial de acceder al petróleo offshore. Afortunadamente, uno de los gestores de fondos con los que invertí tenía inquietudes medioambientales, aunque evitó invertir en estas acciones principalmente por los riesgos de gobernanza, incluyendo problemas contables y posibles sobornos. De este modo, a menudo evitar algunos de los mayores riesgos, a nivel de compañía o sector, puede beneficiarnos. En términos de oportunidades, la inversión sostenible podría ayudar a identificar a compañías asociadas con un crecimiento de calidad, mayor rentabilidad, una transición positiva y factores regulatorios y temáticos favorables.
Clemens: Si analizamos los índices ESG frente a los índices accionariales tradicionales desde una perspectiva global (Estados Unidos, internacional y mercados emergentes), encontramos que, con el transcurso del tiempo, los primeros tienden a obtener resultados en línea con los segundos, o ligeramente mejores, en base a las rentabilidades ajustadas a riesgo.
J.P. Morgan: ¿Observan otros motores de crecimiento de cara al futuro, aparte del interés inversor y nuevos productos?
Schiff: La interacción entre los muchos stakeholders es la fuerza motriz que subyace al tremendo impulso actual. Por nombrar algunos de ellos, incluyen la política gubernamental y la regulación y los compromisos asociados a las mismas, la demanda de los inversores, la respuesta de los gestores de activos, la percepción deseada por las compañías y las evaluaciones de las compañías de calificación ESG.
Una de las cuestiones clave es la mejora y mayor estandarización de la información: “si no se puede medir, no se puede mejorar”. Por ejemplo, observamos cada vez más que la remuneración de los ejecutivos se vincula a las iniciativas ESG. Por otro lado, los accionistas quieren saber más, como observamos recientemente cuando un accionista aparentemente insignificante consiguió de forma sorprendente un puesto en el Consejo de una importante compañía petrolífera, desde donde esperaba reforzar las acciones de la empresa contra el cambio climático. Hasta los bancos centrales están buscando incorporar los riesgos medioambientales en sus perspectivas económicas.
El impulso es innegable.
Clemens: Estoy de acuerdo. Existe una fuerte demanda de los inversores. También se ha producido un incremento significativo de nuevos productos y soluciones. Hace cinco años, había unas 200 estrategias sostenibles a nivel global.2 En la actualidad, hay más de 1000.
Otro factor clave seguirá siendo el consumidor. Si compras ropa habitualmente, probablemente ahora seas más consciente de los materiales que se utilizan, cómo y dónde se fabricó y si existe alguna forma de reciclarla. Las compañías se están viendo obligadas a ajustar sus modelos de negocio. Si miras algunas de las grandes compañías petrolíferas integradas, una proporción mucho mayor del gasto de I+D se está dedicando a lograr una mayor eficiencia energética. Los cambios demográficos, las nuevas políticas y regulaciones, la innovación y los factores sociales están cambiando las preferencias de consumo de las personas, y las compañías que quieran seguir siendo competitivas dentro de 10 años deberá cambiar.
J.P. Morgan: ¿Qué consejos tenéis para alguien que se inicia en la inversión sostenible?
Clemens: Recomiendo dar un paso atrás para comprender qué significa la inversión sostenible para ti. ¿Qué pretendes conseguir? ¿Quieres evitar ciertas exposiciones, o invertir en temas que se alinean con tus opiniones o en estrategias se consideran activamente el ESG en el proceso de inversión?
Y no tiene que ser cuestión de todo o nada. Algunos empiezan con cosas pequeñas, tal vez solamente una distribución en renta variable estadounidense. Otros quieren distribuciones más completas en todas estas de activos.
J.P. Morgan: ¿Qué es lo que más os entusiasma de la inversión sostenible, y tenéis alguna predicción sobre su futuro?
Clemens: Me interesa saber cómo sigue creciendo y como aumenta su tracción dentro de las carteras. Muchos temas muy interesantes están ganando tracción ahora: la economía circular, las energías limpias, la diversidad y la inclusión. Creo que éstas serán áreas de interés para nuestros clientes en el futuro, y no sólo porque son sostenibles, sino porque ofrecen un crecimiento diferenciado de los beneficios frente a otras partes de las carteras.
Schiff: El tren operado por energías renovables ha salido de la estación con certificación verde, por así decirlo: inevitablemente, los clientes tendrán inversiones ESG, sean o no conscientes de ello. Por ejemplo, en las inversiones en renta fija corporativa, por la alteración de la composición de los fondos de índices durante la pandemia de COVID-19, cuando las bajadas de las calificaciones por parte de las agencias de calificación reflejaron inquietudes sobre los flujos de caja, a raíz de consideraciones sociales como la seguridad y salud de los trabajadores, los clientes y las cadenas de suministro. No obstante, la adopción más generalizada de las cuestiones ESG seguirá subiendo el listón, y existirán distintos grados de cumplimiento, lo que significa que necesitaremos seguir evolucionando para seguir identificando y trayendo las ofertas más atractivas y convincentes.
Conclusión:
En J.P. Morgan Banca Privada creemos en el poder de la inversión sostenible para impulsar tanto el crecimiento a largo plazo como un impacto positivo. Sea cual sea su situación, su experiencia inversora o sus intereses, estamos aquí para ayudarle y para contestar sus preguntas sobre la inversión sostenible. Hable con su equipo de J.P. Morgan para recibir más información sobre la inversión sostenible, y sobre cómo podría ayudarle a lograr sus objetivos a largo plazo.
1 Las políticas de empleados se tratan en el epígrafe de gobierno corporativo, la “G” del ESG.
2 Esta cifra cubre fondos de inversión, ETFs y fondos inmobiliarios.