Una vez se pensó que causar un impacto social o medioambiental positivo significaba sacrificar ganancias. Pero la evidencia parece apuntar en la dirección opuesta.
Hablando constantemente con familias de todo el mundo, hemos visto surgir una poderosa tendencia durante la última década. Desde Pekín hasta Berlín, muchos clientes de J.P. Morgan dicen que quieren que sus empresas e inversiones personales apoyen el bien común: social, económico y ambiental. Su esperanza es lograr un cambio positivo y que éste se produzca más rápidamente.
Estos líderes ya no ven los "negocios" y la "filantropía" como esfuerzos separados, y a veces se impacientan con las leyes, reglas y percepciones que fuerzan tales distinciones. Buscan formas de poner en marcha los balances familiares en beneficio de sus familias, sus comunidades y el planeta, a menudo de forma simultánea. Y están forjando nuevos caminos para lograrlo.
- Ir más allá de los modelos tradicionales de la filantropía
- Desplegar la liquidez en la inversión sostenible
- Imponer normas ambientales, sociales y de gobernanza a sus empresas en funcionamiento
- Lanzar empresas que buscan tanto el retorno activo de la inversión como el "alfa social"
¿Cuáles son las formas más efectivas de "hacer el bien" con la riqueza personal ahora? Hay muchas respuestas a esta pregunta y esas respuestas siguen evolucionando.
¿Cómo quiere causar impacto?
Negocios para causar impacto positivo… y generar ganancias
La riqueza ofrece a sus propietarios la oportunidad de crear un cambio social, y no solo a través de la filantropía. Cada vez más, los inversores buscan participar en empresas (ya sea directamente o a través de los mercados financieros) que se comprometen a mejorar las prácticas ambientales, sociales y de gobernanza. También hay un creciente movimiento de empresas que se organizan para medir su éxito tanto en términos de valor para los accionistas como del bien público.
Hemos trabajado con clientes que participan en varias formas de emprendimiento social: desde una granja "vertical" en la costa este de Estados Unidos1 hasta un centro turístico ecológico en el sudeste asiático, pasando por un banco de microcréditos que canaliza el capital hacia aldeas en Sudamérica. Algunas de estas empresas están diseñadas para captar ganancias mediante la venta de bienes y servicios que tienen un bajo impacto negativo en la sociedad y el medio ambiente. Otras miden el éxito a través del aumento de los beneficios sociales, siendo la ganancia una consideración secundaria.
Un número cada vez mayor de familias de alto poder adquisitivo están entrelazando sus ambiciones empresariales con sus creencias sociales. Esos esfuerzos se denominan a menudo "empresa social" y abarcan desde la "inversión de impacto" en el espacio del capital privado hasta la certificación de una empresa estadounidense como una "Corporación B" (como Patagonia, Ben and Jerry's y Seventh Generation), la filantropía empresarial, el uso de "entidades L3C" y el uso de los ingresos obtenidos por organizaciones sin fines de lucro.2
El temor una vez fue que causar un impacto social o medioambiental positivo significaba sacrificar ganancias. Pero la evidencia parece apuntar en la dirección opuesta: la incorporación de consideraciones sociales y ambientales en la gestión empresarial parece estar ayudando a producir buenos resultados financieros. Por ejemplo, hasta la fecha, los índices de acciones mundiales ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) formados por empresas con perfiles ESG sólidos han superado los índices de mercado tradicionales.3
Y no es solo la atención a los temas más importantes como la energía limpia y el agua lo que está ayudando a las empresas a obtener ganancias. Un reciente estudio de McKinsey & Company señaló que la diversidad de género dentro de una empresa proporcionó un aumento del 25% en la probabilidad de un rendimiento superior en el mercado; la diversidad étnica se correlacionó a una tasa de un 36% de rendimiento superior.4
Hay mucha terminología nueva para incluir el interés social en las decisiones de inversión y el comportamiento corporativo: "inversión verde", "ambiental, social y de gobernanza", "triple resultado", "inversión de impacto", "inversión socialmente responsable" e "inversión relacionada con la misión". Pero el objetivo es generalmente el mismo: incorporar el impulso de "hacer el bien" con las actividades económicas.
Sin fines de lucro: Filantropía flexible
Janine Racanelli, Directora General de la oficina familiar de Ray Dalio, nos habló de la pasión de la familia Dalio por la conservación de los océanos, y de una gama de otras iniciativas de promoción ambiental y social. Su enfoque es innovador en el sentido de que la estructura y el vehículo de financiación están dictados por sus objetivos, y no al revés.
"Hay una compleja serie de razones por las que utilizamos diversos vehículos, desde las tradicionales fundaciones privadas (501(c)(3)) hasta los fondos aconsejados por donantes, pasando por las organizaciones 501(c)(4), y también los fondos comunes de capital privado", dijo.
En lugar de abordar un objetivo a través de una modalidad singular como la filantropía o los negocios, la oficina de la familia Dalio adopta un enfoque diferente. Mediante la evaluación de los recursos necesarios para alcanzar el objetivo, diseña una solución construida a partir de una serie de fuentes de financiación: "Comenzamos con el impacto que intentamos lograr, luego retiramos de nuestros fondos de capital en base a factores como el riesgo, el retorno anticipado de la inversión, la diversificación de la cartera, la disponibilidad de otro capital como la equiparación de las donaciones con las consideraciones fiscales, etc.", dijo Racanelli.
Esta mezcla de enfoques se centra en el propósito de la familia, con la arquitectura de implementación impulsada por resultados medidos principalmente por el impacto, que a menudo no se define necesariamente como eficiencia o deducibilidad fiscal, o generación de alfa.
SRL para el bien público
Se prestó gran atención en 2015 cuando Mark Zuckerberg de Facebook y su esposa, la Dra. Priscilla Chan, anunciaron su "Iniciativa Chan Zuckerberg". En lugar de crear una fundación privada, donar fondos a ella y recibir la exención de impuestos, la pareja estableció una sociedad de responsabilidad limitada (SRL) con fines de lucro y anunció que trabajaría por el bien público. Haciendo esto se privaron de una inmediata deducción de impuestos. Pero este enfoque les permitió mantener el control total de los fondos y permanecer libres de las importantes limitaciones e informes requeridos a las fundaciones privadas en Estados Unidos.
Por ejemplo, la ley de Estados Unidos prohíbe a las fundaciones dedicarse a la defensa política. Pero la Iniciativa Chan Zuckerberg ha financiado una propuesta en la boleta electoral de California en las elecciones generales de 2020 que pretende exigir que las propiedades comerciales e industriales de todo el estado sean tasadas para efectos fiscales a la tasa del mercado.
Otras familias están aprovechando los enfoques filantrópicos tradicionales en nuevas formas de dar. Una oficina familiar que cuenta con una especialista en caridad nos contó cómo creó un consorcio de donantes con ideas afines. Estas familias ricas, todas de diferentes orígenes, compartían un rasgo común: un miembro de cada familia había muerto a causa del mismo tipo de cáncer poco común.
Ya era una práctica común que estas familias contribuyeran periódicamente con organizaciones que investigan el cáncer. Sin embargo, cuando se hizo evidente que cada familia había sufrido a causa de la misma enfermedad, se reunieron y aunaron sus recursos para hacer donaciones específicas a los investigadores dedicados a encontrar un tratamiento para la enfermedad. En lugar de hacer subvenciones a organizaciones más grandes, estas familias financiaron colectivamente la creación de nuevas terapias trabajando fuera de las vías tradicionales de donación. Al unir sus fuerzas y dirigir sus donaciones, creen que su impacto será más profundo y más amplio.
Encontrar el modelo correcto
La conclusión común aquí es que estos individuos y familias se ven a sí mismos como agentes de cambio. Quieren transformar los balances de sus familias en actores positivos capaces de producir valor social y beneficio monetario.
Encontrar el modelo adecuado para usted requiere reflexión y una cuidadosa atención a las opciones de cambio para el impacto social. Su equipo de J.P. Morgan está activo en este frente y puede ayudarle a encontrar su camino.
1 Según Wikipedia: "Una granja vertical es aquella donde se cultiva en capas apiladas verticalmente. A menudo incorpora la agricultura de ambiente controlado, que tiene como objetivo optimizar el crecimiento de las plantas, y técnicas agrícolas sin suelo como la hidroponía, la acuaponía y la aeroponía."
2 Las "Corporaciones B" certificadas son empresas de las que se dice que cumplen los estándares "más altos" de desempeño social y ambiental "verificado", transparencia pública y responsabilidad legal en todo el mundo, según www.bcorporation.net. Una "L3C" es una compañía de responsabilidad limitada de baja ganancia en los Estados Unidos que está diseñada para permitir tanto objetivos sin fines de lucro como con fines de lucro.
3 Morningstar, al 30 de junio de 2020.
4 Diversity wins: How inclusion matters, McKinsey & Company, mayo de 2020.